Cap. 19

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-----------¡Nos vemos!
Yoongi cerró la puerta del coche y caminó hacia la cafetería sin decir más.

La mirada de algunos chicos del colegio estaban sobre nosotros pero eso no era tan relevante, yo estaba pensando en que hacer... ¿Seguirlo?
Para qué, no es como que fuésemos cercanos como para llegar juntos, ¿Tomar mi distancia y esperar a que las cosas se den por sí solas?
Eso era lo más sensato.
Pero yo no quería dejarlo ir... quería tener una amistad con él... llegar juntos a la cafetería si nos encontrábamos en la entrada o llevarlo a su casa de vez en cuando... todo esto era tan absurdo, yo estaba consciente de que los amigos no se besan, los amigos no se desean, los amigos no se ocasionan estos malditos estragos en el corazón pero... quería su amistad, quería que me dijera que le agradaba y que no le importaba nada de lo que pasó, que podíamos ver películas juntos, ir por golosinas o a la cafetería donde venden ese americano que tanto le gustaba.
Estaba volviéndome loca, esto jamás funcionaría, yo sabía que todos verían mal nuestra repentina amistad y eso me jodia demasiado.
Sacudi esos pensamientos de mi cabeza, retuve el aliento y no puede hacer más que contar lentamente hasta tres... exhale y mis pies comenzaron a moverse por si solos... Encajé las uñas de mis dedos en la palma de mis manos de lo aterrada que estaba por... TODO, absolutamente por todo... ¡carajo!
Murmuré al cruzar la enorme puerta y me dirigí a la mesa de siempre en donde nos reuniamos todos antes de ir a nuestros salones.

Lo primero que vi fue el brazo extendido de Jimin, agitándose en lo alto como si yo no fuese capaz de verlos. Moví mis dedos sutilmente respondiendo a su eufórico saludo.
Cada vez me iba acercando más a donde se encontraban los malditos descerebrados de mis amigos.
Tranquila, tranquila, no pasa nada, son tus amigos Me repetía una y otra vez tratando de mantener la calma y no ser tan obvia, lo que menos quería eran preguntas.

---------Vaya vaya, miren a quién tenemos por aquí... a nuestra bella durmiente!
Hoseok Jalo una de las sillas para que me sentara... siempre tan cortés.
---------¿qué carajos le pasa a tu cara?
Le miré confundida.---------Te vez muy... ¿enferma?.
Lu no conocía la discreción, tampoco sabe cuando debe cerrar la boca... maldita perra.
Le sonreí burlona a la par que me sentaba.

------Ten bebé, toma lechita de banana.
Jimin me miró con preocupación en sus enormes ojos color marrón dejando en mis manos su bebida favorita.
--------Gracias bebé.
La voz me salió a duras penas. Incline mi rostro viendo la cajita color amarillo patito y un suspiro demasiado evidente me delato.
Sorpresivamente en un dos por tres Lu se encontraba a un lado de mi, quitó la cajita de mis manos, se sentó en mis piernas y me abrazó, me abrazó justo como yo lo hacía con ella todos los días al llegar a la cafetería.

Mis brazos rodearon su cintura y mi rostro descansó en su hombro teniendo como vista principal la mirada oscura de Min Yoongi quien disimuladamente me sonrió sin apartar la mirada de su iPad. Mis ojos al intentar escapar de él se percataron de una silueta conocida y fue ahí cuando mi corazón dio un salto desesperado del precipicio cuando lo vi a Él, caminando tan despreocupado, con el pelo teñido de color azabache y un parche en su nariz. El uniforme tan pulcro y la corbata en su lugar, en su mano derecha el delicado reloj que le obsequie en su cumpleaños y una sonrisa que por alguna extraña razón sentí ajena.
Dejó caer con fuerza su mochila a un lado de Min Yoongi quién lo miró de reojo con fastidio.
Lu no dejaba de acariciar mi pelo mientras yo tenía la boca abierta hasta el suelo, ¡que demonios le había pasando!
Jimin se puso de pie tan de prisa y lo abrazó haciendo un escándalo.
-------Alerta amber, creímos que estabas perdido ¡maldito vago!
------- O muerto.----- Los tres rieron al mal chiste de Hoseok.
-------¿Que mierda le pasó a tu nariz?
Alegaban todos.
-------Nada importante, tuve una pequeña cirugía por eso estuve ausente. Les explicaba tan quitado de la pena lo que le había sucedido y lo doloroso que era pero no dejaba de verme, tal parecía que su explicación era más para mí que para ellos.
Mi corazón no dejaba de latir con gran velocidad, el sonido del bombeo invadía mis tímpanos que me era imposible escuchar todo lo que Lu me contaba, sus chismes escolares no eran tan relevantes como el hecho de que tenía a Seokjin frente a mí.
Él había pasado por tanto al igual que yo y ambos preferimos estar por nuestro lado... a solas. Qué significado tenía esto... ¿a caso lo nuestro estaba terminando?
Tan ciega estaba por la costumbre de tenerlo siempre conmigo que no me había dado cuenta.

HELENADonde viven las historias. Descúbrelo ahora