HELENA

Cap. 22

Podia sentir la mirada de Seokjin quemándome la espalda, sentía mi nuca hirviendo tanto que me hacía temblar.
No podía ser cierto, sería ridículo que Él me hiciera esto... seria devastador que Él supiera la verdad y que todo este tiempo actuase como si nada pasara. Los ojos llorosos y unas terribles ganas de vomitar constantes me llenaban de incomodidad. quería salir corriendo porque Seokjin no era lo único que me tenía con la adrenalina al tope, hoy tendría que verle a Él, tendría que escucharle, tendría que soportar el sentir su presencia, de que me mirara de esa forma tan tenebrosa y asquerosa como sólo el podía.

---¿Señorita Kwok?
Escuche a lo lejos mi apellido acompañado de leves golpecitos en mi escritorio. ----¿Segura se encuentra bien?
Estaba tan perdida en mis lagunas mentales que no hice ruido alguno ignorando al profesor pasando de mí.
----Entonces buscaré otros patrocinadores para el transporte, ¿alguien quiere apoyar?
Esperó algunos segundos antes de volver a hablar.
No se amontonen jóvenes, sólo uno porfavor.
Habló con sarcasmo.
Parpade varias veces sacudiendo levemente mi cabeza y levante el brazo lo más alto que pude.

----A mis padres les encanta apoyar al colegio.
Cuente con el transporte profesor, estaremos muy honrados si nos acepta una vez más.

----¡Señorita Kwok, no perdió el habla!
Alegó fingiendo entusiasmo escuchando una que otra risilla burlona de mis compañeros y la evidente falsa y fingida carcajada de Seokjin.
Giré mi rostro sobre mi hombro para verle con una mueca de fastidio y dolor en mis ojos.

----Supongo que los padres de todos ustedes estarán felices de prestar sus aviones a nuestro querido Profesor... ¿cierto?
Alegue en mi defensa recibiendo cero respuesta.
----Correcto, ninguno de ustedes tiene.
Mustie sarcásticamente en voz baja.

----¡Correcto señorita Kwok! Ninguno de estos holgazanes tiene...

Mofe burlonamente.

---La clase fue un éxito jóvenes, los espero en mí oficina para recibir su permiso oficial, firmado y sellado para el día de mañana, no olvidemos que los alumnos que deben materias no pueden asistir.

Escuche un par de quejas de algunos de mis compañeros las cuales fueron ignoradas por el profesor el cual cruzó la puerta de salida del aula con una sonrisa de victoria.

Cogi mi bolso y uno que otro libro esperando a salir lo más pronto posible de este lugar tan asfixiante. Vi correr tras el profesor a más de la mitad del aula impidiendo mi salida.
Mi pie se encontraba en una danza inquietante, desesperada por salir corriendo y cuando el tráfico estudiantil avanzó me encontraba dispuesta a correr con tal de salir de ahí, pero no pude incluso dar un sólo paso pues jalaron de mi bolso con fuerza haciéndome retroceder. Sabía que era él.

Giré mi rostro con molestia dispuesta a pelear esta batalla tan infantil que se estaba formando entre Seokjin y yo.

----Sabia que eras agresivo pero cada vez lo haces más notorio. Jale mi hombro con fuerza haciendo que soltara las correas de mi bolso.

Una carcajada burlona resonó en el aula la cual se encontraba ahora semi vacía.

----Y tú me sorprendes cada vez más mi dulce y descarada Helena... ya no tratas de ocultar la maldita perra que eres...

Sus palabras calaron como una daga hirviente atravesando mi pecho y esa mirada de asco... la odiaba tanto porque era así como me veía a mi misma todos los días y no iba a permitir que este niño en su arrebato de locura me insultara más de lo que yo misma ya lo había hecho.

Salió del aula con desdén mientras una pelea caótica se formaba en mi mente, lo perdí de vista unos segundos y cuando mi mente terminó de procesar sus ridículos insultos caminé a paso veloz a su aula de cálculo. Al cruzar la puerta le llamé en un grito de furia y resentimiento estampando la palma de mi mano en su suave mejilla volteando su rostro a un costado debido a la fuerza que utilicé.