Cap. 23

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Mi nerviosismo estaba al borde por lo que necesitaba escuchar su voz para estar tranquila.

Que maldita masoquista, ¡mirate! Dependiendo incluso de su voz, buscando cualquier pretexto para correr a sus brazos, buscando cualquier excusa para decir su nombre incluso en tus pensamientos, ¡Ridícula! Negue a mis adentros.---------Estabas jodida, demasiado jodida por Min.

---- Creí que no te gustaba conducir y mírate. Mordi mi labio inferior obviando la curiosidad que sentía hacia él.

----Me gusta conducir cuando se trata de ti.

Giré a verle instintivamente con asombro. Él sin apartar la mirada de la autopista me regalaba una pequeña sonrisa que podría cautivar incluso a las estrellas.
Coloqué ambas manos en mis mejillas y me reincorpore en mi asiento haciéndome cada vez más pequeña de lo avergonzada que me encontraba. Mis ojos brillaban y mi rostro se sentía caliente, mis manos sostenían mis mejillas con fuerza mientras mi corazón se gozaba en el sutil ronroneo de su varonil risilla.
----Voy a golpearte si sigues haciendo eso... ¿ok?
Desvíe la mirada lejos de él fingiendo interés por los edificios a mi lado derecho.
----¿Hacer qué? ¿conducir?-Preguntó burlón.
Le miré de reojo y bufé fingiendo molestia hablando desinteresadamente.----Lindo.----Le miré afirmando con gestos agresivos.-----Sí sigues siendo tan lindo voy a golpearte.----Volví a mirar por las ventanilla del automóvil pero Él no dijo nada... incluso su respirar pareció detenerse. Se me caía la cara de vergüenza...¿tal vez le incomodó?. Cerré los ojos con fuerza y recargue la frente en el frío cristal. Segundos después sentí su mano en mi cabeza lo cuál hizo mis nervios añicos. El coche se detuvo... supuse el semáforo estaba en rojo.
Su tibia mano bajó sobre mi pelo en una sutil caricia hasta llegar a mi mandíbula la cuál acarició y tomó entre sus dedos indice y pulgar girando suave y pausadamente mi rostro hacia él.
Mis ojos se abrieron de golpe y repase su rostro detenidamente esperando alguna expresión en Él pero solo podía ver la seriedad que lo bañaba desde sus ojos. Quise hablar pero no me fue permitido, su agarre se hizo un poco más firme sin abusar de su fuerza.
Mis ojos contornearon sus labios para volver a sus ojos y ver como sus cejas se alzaron un poco y su ceño se suavizó en un relajante suspiro que terminó en una agradable curvatura en su labio superior.----¡Tú eres linda!----Sus palabras y esa preciosa sonrisa cayeron en este pequeño jardín que esta en mi corazón y fue cubierto por tierra y abono en dónde estoy segura florecerán las más hermosas y coloridas rosas que le podría obsequiar a Él... al hombre que siembra y riega este jardín lleno de espinas.

Sus suaves y aterciopelados labios hicieron contacto directo con los míos... su mano viajo en un suave recorrido a mi nuca y sus dedos hicieron una especie de presión agradable entre mi cuello y mi pelo.
Abrí mis labios buscando su cálido aliento...
Yoongi soltó el volate y atrajo mi rostro aún más al suyo y con ambas manos a los costados de mi rostro profundizo el beso. Él me sostenía de una forma tan segura... se sentía en su agarre la necesidad de sentirme, así que lo ayudé un poco rosando mi lengua con la suya. Un ronroneo de su parte... un gemido de mi parte. Ambos hicimos la aportación necesaria para crear un escenario lleno de excitación... porqué sí, me encontraba tan excitada que si no fuese por el lugar en donde nos encontrábamos y el sonido desmedido del claxon del coche trasero hubiese perdido la cordura desde hace segundos atrás.
Un quejido de su parte rompió la unión de nuestros labios.
----Maldito inoportuno.- Bufo.--
Él miró tiernamente directo a mis ojos y después se giró al volante echando andar su elegante automóvil.

El resto del camino que debo decir fue un tanto largo no hicimos más que hablar sobre comida, música, colores, pintores, artistas, esculturas e idiomas... era impresionante la cantidad de temas de los que podía hablar y debatir con Min Yoongi, los saltos desmedidos de un tema a otro con la intención de informar. Él es el tipo de chico que quiere enseñarte el mundo y su arte... el arte y su mundo, nada que alardear, es una persona sencilla y modesta... agradable y sensata. De vez en cuándo tocaba su mano o viceversa con el pretexto de dar una opinión o cambiar de un tema a otro durante todo el camino.

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