| ¿Por que? |

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Voy a comenzar a poner raps de los personajes para que ustedes conozcan más de ellos, tanto los del manga, como de la vida real, tambien puede ser videos explicando su vida.


¿Por que?, esa era la pregunta que se hacia Okita.

Okita sabia que no fue alguien con suerte en su vida, la única vez que tubo suerte fue cuando fue acogido por Kondō y se unió al Shinsengumi, donde encontró amigos, pero eso no evito que su mala suerte actuara, temido por todos a pesar de ser alguien bondadoso, "niño demonio" le llamaron cuando solo quería ayudar, esa sed de sangre que tubo que controlar con entrenamiento, alejado por su propia familia temerosos de su gran talento, para luego sus últimos 8 años de vida pasarla sufriendo una enfermedad, la Tuberculosis, y terminar muriendo a los 28 años tumbado en una cama.

Ahora, después de muerto, luchar contra un Dios, y revivido, recibió una canasta de dulces de parte del Dios de la Buena Fortuna.

Esto parecía un muy mal chiste. 

Okita estaba en el bosque cerca de la villa con su espada, Kikuichi-Monji, la estaba afilando, con la canasta de dulces a su lado, y de ves en cuando tomaba algunos y los comía.

Tenia que admitir que eran buenos.

Okita: -(¿por que me eligió a mi?)- pensó mientras tomaba una paleta de la canasta y la comenzaba a comer 

Era una rica paleta de fresa.

Okita sabia el porque le dio esa canasta, lo estaba cortejando, puede que sea algo ingenuo o inocente en algunas cosas, pero no era tanto, por eso se preguntaba por que a él lo estaba cortejando.

Solo intercambiaron un par de palabras cuando se conocieron, las cuales no fueron las mejores que digamos, luego lo vio luchar contra un Dios, donde Okita estuvo por ganar por poco, para luego morir y ser resucitado. 

En su cabeza no encontraba que cosa hizo que el Dios de la Fortuna se fijara en él.

Se paro del suelo y comenzó a entrenar un poco, sus movimientos eran agiles, encantadores, su katana se movía con gracia y maestría en sintonía de cada uno de sus movimientos, cortando el aire provocando un hermoso sonido que resonaba en el silencio del bosque.

Okita tenia los ojos serrados, concentrándose en los movimientos de su katana, que brillaba con los pequeños rayos de sol que pasaban por las hojas de los arboles, en un momento realizo una poderosa estocada, atravesando completamente el tronco del árbol.

¿? 1: -ese movimiento no lo usaste en tu batalla- dijo alguien a sus espaldas

Okita abrio sus ojos y saco su katana del árbol para luego dirigirla al cuello de la persona que hablo, deteniéndose a poco centímetros del cuello, cuando vio quien era, se sorprendió.

Okita: -Bishamonte- dijo alejando la hoja de su espada del Dios que ni se inmuto 

El Dios no dijo nada, Okita guardo su espada en su funda y pensó en la pregunta del Dios

Ese movimiento, hace mucho que no lo había echo.

Era el ultimo que había hecho, antes de que un ataque de toz le ataco, haciendo que escupiera sangre cuando estaba vivo, para luego caer el suelo y ser llevado de emergencia a un medico .

Okita: -no me resulta cómodo- mintió

Okita y Bishamonte se quedaron en silencio unos momentos, pero no era uno incomodo, era tranquilo. 

Bishamonte: -es un buen movimiento- comento para romper el silencio 

Okita: -si, lo es- dijo con una leve sonrisa -y muchas gracias por la canasta de dulces, estan muy buenos- 

El Dios se limito a asentir, puede que para algunos no estaba interesado en Okita por como se comportaba, pero sus feromonas que estaba soltando contaban otra historia.

Bishamonte es un Dios de pocas palabras.

Y es más de acciones, si saben a lo que me refiero.

Okita: -¿por que no mejor nos sentamos?- 

El Dios solo se limito a asentir para luego sentarse en el suelo, seguido de Okita que le ofreció uno de los dulces de la canasta.

Ambos comieron en silencio los dulces en un agradable silencio, tranquilo, acompañados de los sonidos de la naturaleza.

Okita realmente nunca imagino que estaría comiendo dulces en el bosque con un Dios.

Okita estaba comiendo unas galletas cuando un pequeño gorrión aterrizo delante de él, con una carita de hambre por como miraba fijamente la galleta que estaba por comerse el humano.

Okita: -ten- dijo partiendo la galleta un poco y lazándolo al suelo 

El gorrión dejo salir un pequeño sonido de alegría y rápidamente comenzó a comer las migajas de la galleta, siendo mirada por Okita que se estaba comiendo la otra parte de la galleta, todo visto por el Dios que no despegaba la mirada del humano.

Ser el Dios de la Fortuna implicaba poder ver la suerte de las personas, cuando estan vivos, no podía ver mucho, pero cuando son almas, era muy clara.

La suerte se manifestaba como un aura alrededor de las personas, pero no era como la veía Jack, esta era de color dorado, y dependiendo que tan afortunado fue una persona, seria mucha o poca, tambien era capaz de ver la mala suerte, que, al igual que la buena suerte, se manifestaba como un aura de color negro.

Por eso, cuando vio el aura de Okita, se quedo sorprendido.

Negro, era muy negro, solo con algunas pintitas de color dorado.

¿Cómo era posible que una persona, y más la que era de su propia cultura, japonesa, pudiera tener tan mala suerte?

Eso desperto en él algo de curiosidad, la cual se incremento cuando en su batalla, fue presentado de esta forma por el comentarista.

"Y ahora, representando a la humanidad, el espadachín que patrullo con su fiel espada las calles del periodo de la Restauración Meiji, el "Niño demonio" le llamaban en vida y en muerte, el gran Capitán de la primera División del Shinsengumi, ¡¡¡¡¡OKITA SOUJI!!!!!"

Niño demonio...

¿Qué tan desafortunado tubo que ser para ser llamado de esa forma?

Eso fue lo que llamo su atención al gran Dios de la Fortuna.

Y en su batalla, esos letales movimientos con su katana, dándole lucha a Susanoo-no-Mikoto, el Dios a quien se enfrento, y muriendo sucumbiendo a sus heridas, a solo segundos de ganar.

Eso le molesto, hasta el final, esa mala suerte lo siguio.

Cuando revivió, se pregunto si tambien su mala suerte, pero ahora que lo veía, esas pintitas de dorado en su aura, estaban creciendo, de a poco, pero creciendo.

Eso le gusto.

Ahora nosotros sabemos porque Bishamonte se fijo en Okita.

Pero Okita no lo sabra en un largo tiempo.

Amor después de la batalla [Yaoi, Omegaverse] {Shuumatsu no Valkyrie}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora