04 | café la mirada

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| Café la mirada |

"Ella tenía café en la mirada"

El día había empezado bien para Tom, había llegado a la ciudad de Los Ángeles para su nuevo papel en una nueva película. Estaba tan emocionado que decidió llegar una semana antes de que las filmaciones empezaran.

Estaba de regreso al pequeño departamento en qué se quedaría esos meses cuando por accidente chocó con una chica en el camino, haciéndola tirar las cosas que llevaba en las manos. Rápidamente Tom se disculpó inclinándose para ayudarla a recoger sus casas.

—No te preocupes, fue culpa mía.

La castaña respondió sin levantar la mirada de las cosas que estaba recogiendo. Sin más siguió su camino y Tom retomo el suyo hacia su departamento.
El edificio en el que se quedaba no estaba muy lejos del centro así que no le tomo mucho tiempo llegar a su destino.

Después de varias horas de estar repasando su guion se dio cuenta que eran pasadas las 6:30 de la tarde a lo que sintió como su estómago pedía algo de comida. Tomo sus llaves y salió para buscar algo rápido para comer mientras hacia una nota en su mente para hacer el super. Estuvo caminado por unos 30 minutos por las calles, pero ningún lugar le llamaba la atención, no hasta que, a unos cuantos metros, del otro lado de la calle logró ver una pequeña cafetería local.

Tom entró al lugar tomo asiento esperando a que alguien fuera a tomar su pedido.

—Hola, bienvenido. ¿Puedo tomar su orden?

El rubio levantó la mirada para encontrarse a una hermosa chica de cabello castaño corto y ojos cafés, era tan hermosa y familiar.

—Ahm, sí... Un ca-café americano

Pronunció algo nervioso, la chica sonrió y apunto lo pedido en si libreta.

—¿Algo más? —preguntó mirando a Tom de nuevo.

—Sí, u-un sándwich.

Tom sonrió y la chica regresó a la cocina para su pedido, unos minutos después la misma chica de hermosos ojos cafés le trajo sus alimentos.

—Disfrútalo —la chica sonrió y estando dispuesta a retirarse, Tom la interrumpió.

—Espera... Yo, creo que te conozco —soltó algo nervioso.

La chica lo miró a los ojos y sonrió algo apenada y sonrojada, por un instante pensó que jugaba, pero recordó el pequeño incidente de la mañana.

—Oh claro, chocamos en la mañana a unas cuantas calles de aquí —dijo con un brillo en los ojos—. Soy Emily.

Extendió su mano hacia el rubio, él le devolvió la sonrió y acepto el gesto.

—Soy...

—Tom Felton, sé quién eres —a Tom se le iluminaron los ojos— mi hermanita es fan de Harry Potter.

—Eso es increíble... Yo...

No supo que más responder, Emily lo notó de inmediato y quiso llegar un poco más lejos, no sabía si el rubio la había hablado solo por ser amable o si él quería algo más, así que se arriesgó.

—Yo, yo salgo en dos horas, hoy la cafetería cierra "temprano" —hizo las comillas con sus manos— si no crees que es muy tarde tal vez, podamos charlar un poco más.

Dijo algo sonrojada y apenada, el brillo en los ojos azules le hizo saber que a Tom le gustaba la idea.

—Claro, me parece bien.

Emily sonrió y se dirigió de nuevo detrás del mostrador, esperó las dos horas que la chica le había dicho y cuando por fin su turno había terminado ambos tomaron el acuerdo de que Tom la acompañaría a su pequeño departamento.

—Así que estudias y trabajas... —dijo mirándola de reojo.

—Sí, papá murió hace dos años y las cosas se complicaron, mamá mantiene la casa y paga la escuela de Katy y yo pagó la mía y de lo que sobra ayudo a mamá.

Tom sonrió enternecido, admiraba el esfuerzo de Emily para salir adelante y ser alguien. Caminaron un poco más en silencio, tal vez fueron los nervios los que lo traicionaron y casi no habló, quería tener más confianza con ella, quería verla más seguido.

—Llegamos —habló Emily— Me dio mucho gusto que me acompañaras hasta mi casa, espero no haberte aburrido.

—No, para nada. Me dio mucho gusto conocerte y yo, quisiera seguir haciéndolo... Ya sabes conocernos un poco más.

Emily se sonrojo y asintió.

—También me gustaría conocerte más, el sábado es mi día de descanso, si estás libre tal vez podamos salir...

—Por supuesto, el sábado paso por ti —el rubio respondió rápido y feliz.

—Entonces, hasta el sábado.

—Hasta el sábado.

Se miraron a los ojos, por una fracción de segundos Emily tomó valor y dejó un pequeño beso en la mejilla del ojiazul para salir corriendo hacia dentro del edificio. Tom sonrió y acarició su mejilla justo en el lugar donde el beso fue dejado hace segundos, camino de regreso por dónde había caminado antes, pensado en lo ansioso que están por que llegara el sábado. Hizo un repaso mental y se dio cuenta que apenas era miércoles, los días se le harían eternos, pero valdría la pena solo para poder ver a la chica que tenía café la mirada.


Oh my darling | One Shots | Tom FeltonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora