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Sol se marchó de la fiesta hecha un mar de sentimientos confusos

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Sol se marchó de la fiesta hecha un mar de sentimientos confusos. No sabía como Padgett descubrió de su anorexia, la cual en algún momento de su vida se juntó con la bulimia. No era algo de lo que le gustara hablar, menos frente a un grupo de personas.

Anna lo sabía porque un ataque que la llevo a la muerte, sucedió cuando estaban juntas. Estuvo en todo momento junto a ella, sabiendo que ella la necesitaba. La pelinegra nunca entendía como, pese a sus problemas, ella seguía siendo un rayo de luz que ayudaba a otras personas.

Porque Sol tenía que comer junto con sus amistades, si no lo hacía estas se preocuparían por ella.

O en el peor de los casos, que estos se burlaran de ella.

—Sol— la voz de Cameron llamándola por su primer nombre atrajo su atención. Esta se giró en su dirección, observando como este corría hacia ella—. Sol.

—No tengo ganas de hablar Cam— toda la fuerza que tenía se perdió después de abandonar esa casa.

—¿Sabes? Pensé que eras una buena persona, pero lo que hiciste ahí dentro, eso, eso apesta. Padgett acabo llorando por la mentira que insinuaste— el tono enojado que tenía el chico destrozo más el corazón de Sol.

—¿En serios? ¿Me estás hablando en serio?— susurro perdiendo la compostura la rubia—. ¡Siento mucho haber hablado mierda sobre su vida económica! ¡Siento mucho no ser la puta chica perfecta que tanto te gusta!— empezó a levantar la voz, sin importarla quien la escuchaba—. ¡Siento mucho ser anoréxica! ¡Y siento mucho no poder callarme cuando una puta cualquiera habla sobre como casi muero por no comer una puta mierda! ¡¿Eso querías oír, Cameron?! ¡¿Qué casi muero?!

—Sol...

—¡Ni Sol ni mierdas Cameron! ¡Vete y comete el culo a esa puta si tanto la defiendes!

💛

En algún momento de su larga caminata, Anna la encontró. No tuvo que decir nada, solo pasaron la noche juntas. Anna junto con la abuela de Sol intentaron alegra tanto como podían a la rubia.

Lo que estaba pasando era algo injusto. Todo el mundo ahora la odiaba por hacer llorar a Padgett, cuando debería ser al revés. Todo el mundo creía que era anoréxica por pena.

Pero las cosas no iban así, desde pequeña la madre de Sol la obligaba a comer poco y a tener muy en cuenta de su figura. Ella fue la que le dijo que vomitara para no engordarse.

Estaba tumbada en la cama, ya no lloraba, pero los pensamientos, las acciones de las demás personas no la dejaban dormir. Se levantó de la cama sin despertar a Anna.

—Te quiero demasiado Anni— susurro Sol.

Y sus palabras eran más que verdad, eran hermanas de diferente sangre. Estaban una para la otra, en cualquier situación.

Sol se calzó con sus conversé lo más silenciosa que podía, fue a agarrar la sudadera, la cual se encontraba aún lado del espejo, que se pudo ver bien. Se levantó la camiseta del pijama, dejando ver el como los huesos de sus costillas se asomaban.

No vomitaba de meses buenos, y eso era un verdadero récord. Pudo poner peso que necesitaba encima. Peso que ahora odiaba.

Agarro piel con los dedos, "grasa'. La odiaba.

Salió de casa después de romper su récord. Sintió la necesidad de hacerlo, necesitaba estar delgada. Era una obligación.

'La gente gorda no es bonita pequeña Sol, por eso debes estar delgada, para que todos te quieran y te aprecien'. 'Palabras sabias por parte de su madre' pensó Sol.

Toco la puerta de su vecino, tenía que hablar seriamente con Cameron, la escucharía o no.

La puerta fue abierta por Brin, la hermana pequeña.

—Sol, ¿estás bien?— pregunto después de abrazarla fuertemente—. Vi el video, lo que te hizo Padgett está horrible, no puedo creer que en serio insinuara que eres bulímica.

—Gracias por creerme al menos tu Brin, ¿esta tu hermano?— una sonrisa demasiado triste para la chica se encontró permanentemente en su cara.

Eran cerca de la una de la noche, pero mantenía la esperanza de que siguiera despierto.

—Está en su cuarto.

La rubia agradeció, caminando lentamente hacia dicha habitación. Toco suavemente la puerta, no podía arrepentirse ahora.

Era Sol, el rayo de luz que alumbraba todo, no podía dejar las cosas así.

Un somnoliento Cameron abrió la puerta. Cuando diviso a la rubia frente al todo él sonó que tenía se esfumó. Abrió los ojos como si nunca creyera que volvería a ver a Sol.

—Val...

—Para ti soy Sol, mierda con patas—la voz de Sol era baja pero demasiado cortante. Como un cuchillo recién afilado—. Quería mandarte un mensaje, pero tienes un teléfono como la mierda— gruñó esta.

—Sol, de veras...

—Cállate, solo venía a avisarte, Padgett no es la chica linda que te habla del día a la mañana después de cuatro putos años. No si no hay nada detrás de esto. ¿Sabes del live que hizo cuando se descubrió que su novio Jordan la engañaba? Por eso perdió miles de seguidores, pero claro, no los sabías, ¿verdad?

—No.

—¿Sabes que paso después de que me puto abandonaras y fuste a puto cantar con ella? Sus seguidores volvieron a subir. Pero no solo esto está sacando de ti, eres una puta apuesta Cameron. No creas que se comporta amable contigo porque quiere.

—No...

—Si no me crees es tu puta culpa Cameron, pero no te enamores de ella y luego vengas con la cola entre las piernas como puto perro arrepentido. Porque te puedo querer demasiado Cam, pero me hiciste demasiado daño.

Y dejando a Cameron con todas las palabras en la boca, Sol se marchó.

Y dejando a Cameron con todas las palabras en la boca, Sol se marchó

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Sol no perdonó a Cameron, ni mucho menos. Pero el lo recompensará.  No se si se me entiende.

Su relación estará fría, ya que Cam está con Padgett y pos eso.

No me odien.

Btw, pequeño spoiler, es posible que Sol se agarre a puñetazos y se pelee con un chica, aparte de Padgett.

Sunflower | C. K. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora