S| "El es como un girasol con ella, siempre busca su luz"
Puede que Sol Velasco parezca la típica chica engreída que poseía cada instituto, y puede que esto suene muy cliché, pero ella era especial. Era un sol que todo el mundo amaba u odiaba.
Es s...
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Saco el vestido rojo del armario, estaba emocionada por asistir a la fiesta de sus padres.
Estaba muy orgullosa por lo que estaban haciendo.
Su abuela entro en el cuarto, lista para hacerle unas ondas en el cabello y que su querida nieta este mas linda y espectacular que de costumbre. Justo dos horas y media despues la puerta de la entrada sono.
Sol se ponía los zapatos blancos de tacón alto cuando oyo la voz de su abuela hablando con Cameron.
Entro en la cocina, dejando a Cameron con la boca abierta. Su traje elegante negro le quedaba genial y la nueva camera cortesía de Sol enganchada al cuello le daba el toque a su estilo.
Ese era su Cam.
Una luz proveniente de la camera la cego.
—¿Que...?— empezo a hablar, pero la risa tierna de Cam la interrumpió.
—Estas demasiado linda como para no fotografiarte— respondió este sin querer escudarse.
—El coche ya esta afuera— anuncio su abuela cuando vio que ambos adolescentes solo se miraban fijamente el uno al otro.
Podía asegurar que entre ellos dos había algo, pero la tenso vaga que sentia no era una buena señal.
—¿Paso algo entre vosotros dos que deba saber?— pregunto esta después de que Sol la mirara.
—Nada por lo que debas preocuparte abu— respondió la rubia agarando el brazo del chico—. Nos vemos mas tarde, te amo.
Para Cameron, la semana entera se le hizo un calvario al no tenerla a su lado. Cada noche se arrepentía de como la trato. Ella no tenia la culpa, ella era la mejor persona que podría existir.
Cameron la amaba, mucho mas que a su novia Padgett.
Justo esa tarde se besaron y Brin, aunque ya no le gustara nada la chica, veía a su hermano feliz. No igual de feliz que con Sol, pero feliz. Y desde el punto de vista de la hermana pequeña, Sol merecía a alguien que la defendiera, no que la tratara como su hermano lo hizo.
Se subieron a la limusina que sus padres contrataron para que pasara a recoger a su querida hija, por mucho que esta se negara.
—Val.
—Dime Cam— la rubia agarro una botella de gaseosa que había en una parte del largo coche, se encontraban cara a cara y la mirada del nombrado no paraba de bajar hacia las piernas de la chica.
—Yo, ese día me comporte como un idiota, te hable tan mal y ni ahora, que tu estas hablando conmigo y me hayas perdona-
—Hey, no— lo interumpio dando un trago a su bebida, dejado parte de su labial en el vaso que utilizaba—. No te he perdonado, ni mucho menos, momentáneamente te estoy utilizando para esta fiesta y depende de como pase esto, vere si te perdono o no— sonrío traviesamente.
