S| "El es como un girasol con ella, siempre busca su luz"
Puede que Sol Velasco parezca la típica chica engreída que poseía cada instituto, y puede que esto suene muy cliché, pero ella era especial. Era un sol que todo el mundo amaba u odiaba.
Es s...
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Era ya sábado, el día de la fiesta tan esperada.
Sol se puso su bikini negro simple, su preferido de los pocos que tenía. Su vestido preferido de color amarillo acaricio su piel cuando la rubia se lo puso encima. Recogió su pelo en una cola de caballo, dejando unos pequeños mechones a los lados de su cara. Paso de maquillarse por si se metía en la piscina.
Suspiro antes de admirarse una última vez en el espejo.
—Que bien que este vestido no me hace gorda...—susurró frente a su reflejo—, hubiera sido una pena deshacerse de él.
Salió de la habitación con sus conversé blancas en mano, viendo a su abuela viendo una telenovela turca a la vez que comía de las deliciosas galletas que hizo el otro día.
—Adiós abu, voy a la fiesta que hizo Quinn— se despidió esta.
—Mi Solecito, estás preciosa— una sonrisa un tanto incómoda apareció en la cara de la chica—. No olvides de la fiesta de inauguración del casino de tus padres es dentro de dos semanas.
—No lo olvide abu, te amo.
Salió de la casa una vez se calzó, corriendo a reunirse con Cameron, quien la esperaba con su mejor amiga.
—Hola, Nisha— saludo a la morocha con un abrazo—. Hola, Cam— dio un beso en la mejilla de este, causando que sonría como bobo al contacto de sus labios—. ¿Nos vamos?
Se subieron al carro, Nisha en los traseros de atrás después de negarse a aceptar la oferta de Sol de sentarse ella atrás. La mano de Cameron agarro suavemente la pierna de la rubia una vez encendió el coche. El chico no podía abstenerse de no tocar a la chica cada vez que la tenía tan cerca, le gustaba sentirla.
Ese gesto, para nada inocente, se repetía constantemente en el coche desde que estos acordaron ver como fluían las cosas entre ellos. No eran novios, ni mucho menos, necesitaban conocerse más para llegar a ese punto.
Pero los sentimientos estaban ahí, saliendo a la superficie cada que uno pensaba en el otro. Sus corazones latían a una velocidad comparada con la del famoso superhéroe de los cómics de Marvel que tanto le gustaban a Sol.
Era algo precioso e inocente.
Era algo efímero.
—¿Qué está pasando entre vosotros dos?— acuso Nisha sin dejar desapercibida la acción—. ¿Desde cuándo tanta confi como para poner la mano en su pierna Cameron? ¿Están saliendo y no me lo dijeron?
El rostro, el cual debería de parecer triste de la chica, alegro a Sol.
—Es algo complicado Ni— empezó la rubia—. Creí que le habías dicho de lo nuestro.
—Se me olvido— se excusó riendo por la indignación de ambas este.
Llegaron a la fiesta, haciendo una entrada espectacular. O al menos eso hizo Sol desde la vista de los invitados.