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Habían pasado tan solo unos años —seis años exactamente— Jeongin ya no era el niño pequeño de diez años, y Jungwon  tampoco el adolescente de dieciséis años cuando comenzó todo, seis años desde que empezó todo.

Como de costumbre, Jungwon se levantaba a las siete y media de la mañana, hacía sus necesidades y se arreglaba para dar paso a que empezará a hacer el desayuno, nada fuera de lo común, aunque cada vez esa comida estaba con un sabor peculiar.

Mientras que Jungwon preparaba el desayuno para ambos, un Jeongin de ya de dieciséis años se ejercitaba diariamente, esta vez de brazos, todo este tiempo el menor de ambos fue creciendo y desarrollándose sobrepasando a su hermano mayor tanto en fuerza y masa como estatura.

Luego de desayunar —sin dirigirse la palabra— ambos caminaron hacia el baño para cepillarse sus dientes, también de paso afeitarse aunque a ninguno le saliera barba o bigote, solo era pelusa.

—Yo puedo hacer esto solo — habló Jeongin toscamente.

—Mamá decía que yo lo hiciera por ti cuando eras pequeño.

—Eso no justifica nada, solo es una tonta pelusa.

—De igual manera solo quería que lo tuvieras presente, ella...

—¡Ella está muerta! —al decir eso Jeongin lanzó un golpe hacia el espejo, rompiendolo y asustando a su hermano mayor.

Tan solo fueron unos efímeros minutos que se dirigieron la mirada para que luego Jeongin saliera rápidamente del baño, más que enojado.

Por su parte Jungwon, quedó estático, observando el espejo, ¿tembloroso? Un poco, pero eso no justificaba nada ¿o si? Ya habían pasado años de que su madre había muerto y posiblemente su padre igual, no había motivos para llorar o temblar, al menos por ahora. Él salió para buscar algo en donde tirar a la basura los vidrios rotos del espejo, para luego volver, cerrar el baño y recoger todo con sumo cuidado cada vidrio dejándolo en una pequeña canasta de plástico azul.

Pequeñas lágrimas recorrían más mejillas de Jungwon ¿de qué? Simplemente de todo lo que ha estado sucediendo, tan solo quería que acabará este día para empezar uno nuevo y seguir la rutina, un rutina agotadora.

Por consiguiente, al dejar todo limpió y dejar en su lugar cada cosa, Jungwon salió del baño junto con la canasta hacía la cocina, quedándose estático a lado de las encimeras, viendo la pared con tonalidades grises, y limpiando aquellas lágrimas.

—Mira Heeseung, ellos tienen comida ¿vamos por ella? —pregunté viéndolo

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—Mira Heeseung, ellos tienen comida ¿vamos por ella? —pregunté viéndolo.

—Oh, claro que si.

Ambos tomamos rumbo hacía aquellas tres personas, que por cierto estaban dichosos, hasta que se dieron cuenta de nuestra presencia, tan solo tomaron rápidamente sus cosas para salir huyendo.

—¡Heeseung, al frente! —señalé corriendo.

Él corrió más rápido sobrepasandolos,  pero sin que se dieran cuenta.

The Rain [ Jaywon ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora