The Rain [ Jaywon ]

eight

Era medio día, el sol caía en su punto más fuerte, el cielo tenía su hermosa tonalidad azul, mientras el verde del pasto relucía.

—Listo muchachos, deben estar alerta, cualquier avistamiento de alguna persona sea infectada o no, si se resiste ante la indicación de ustedes, tienen autorización de disparar.

Nos comentaban mientras ibamos de camino en el camión, mis compañeros y yo —que somos del Ejército— quedamos con caras confusas y dispersas, sinceramente no pensaba que debíamos llegar hasta tal punto.

¿Me veía capaz de disparar a una persona inocente?

No lo creo.

—Harán guardia, se quedarán en un lapso de dos días, guarden provisiones y fuerzas, empiezas tu Jay —avisó el capitán.

—Si señor —solo mencioné esas dos palabras, miré hacía mi lado, era mi único amigo en todo el pequeño pelotón que tenía un espacio en el camión.

—Los demás se quedarán en el puesto de control, por si se encuentra alguna persona con vida u otro motivo.

—¡Si señor! —mencionaron todos.

Al parar, nos quedamos debajo en un puente, debía bajar para subir al puente y hacer Guardia mientras.

—Buena suerte Jay —solo basto decir eso para que se fueran rápidamente al puesto de control.

Subí el puente, y me quedé esperando, tenía en mano un periscopio, era pequeño como de bolsillo, mientras pasaba el primer día bajo el intenso sol utilizaba el periscopio.

Se veía extraño con ese objeto, como formando una estrella en él, hasta que ví que capte algo con eso. Era una persona, una mujer con un bebé en brazos. Tome el arma y con la mira telescópica observe mejor de lejos como la mujer se acercaba cada vez más.

—¡Oye! ¡alejéte de aquí! —grité intentando que tomará consciencia —¡Da la vuelta! —disparé hacia el cielo, pensando que haría un mínimo de caso.

Los gritos y avisos eran en vano, la mujer no daba ni una señal, solo caminaba pasando el puente por debajo. Corrí ligeramente para llegar al otro lado del puente, sólamente no pude dispararle, no pude.

—¡Ahg! ¡Carajo! —grité desesperado.

—Jay ¿me escuchas? Soy Mark—hablaron por el comunicador que tenía.

—¡Mark! No pude, simplemente no pude —solloce.

—No importa ahora, debes venir rápido, la mujer que dejaste pasar ¡estaba infectada! Nos... —escuché como alguién vomitaba, parecía que se retorcía.

—¿Mark? ¿Estás ahí? ¡¿Mark?!

Rápidamente fuí corriendo hasta el puesto de control, a lo lejos veía como algunos de mis compañeros estaban esparcidos por el suelo, muertos y con una espuma blanca en la boca.

—¡¿Mark?! —llamé intentando tener respuesta.

Entré a la campaña instalada anteriormente, y observe como habían más cuerpos en el suelo, con nervios y miedo tome un paño que tenía guardado en mi bolsillo tapandome nariz y boca con él.

—¿Mark?

—¡Jay! —escuché a lo lejos.

—¡Taeyong! —grité nervioso —¡Ya voy!

—¡Estoy más adelante!

Caminé rápidamente, cuando ví el cuerpo de Mark en el suelo, pálido y con esa espuma en la boca.