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Había revisado todos los lugares, pero nunca el casillero

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Había revisado todos los lugares, pero nunca el casillero.

Me alejé de Bethany, saque la llave y abrí mi casillero. Estaban mis libros, un suéter y una libreta.

-No es buen momento para revisar tu casillero ¿Que es lo que...

-Revisé todos los lugares a excepción del casillero -interrumpí a la rubia, quién me miró confundida.

-¿De que hablas? -pregunto ella. Mirandome con confusión.

No le respondí, sin embargo seguí buscando entre todo. De pronto se escuchaba hueco a un lado izquierdo. Lo toqué y moví, era un doblé fondo. Bethany abrió los ojos como platos y miró a todos lados solo por seguridad.
Metí mi mano y después yo misma me quedé helada. Ahí estaba la llave. La saqué de ahí y la observé sorprendida.

Era plateada y tenía un corazón grabado. La observé unos cuantos segundos y después comprendí que no era buen momento para exponernos aquí en medio del pasillo.
Cerré el casillero y Bethany me señaló las escaleras del tercer piso.

-Si esa es la llave, debemos avisar a los chicos -ella me tomó de la mano.

Ambas subimos a paso rápido las escaleras, pero antes de llegar al dormitorio de Zack, me detuve en mi habitación, tomé el diario y me dirigí a la habitación del rubio mas dispuesta que antes. Dispuesta a terminar con todos estos secretos.

Al llegar abrí la puerta y me encontré a los chicos, peleando en el suelo. Zack arriba de André, jalando sus cabellos castaños, mientras el otro mordía la muñeca del rubio.

No puedo creer que sean idiotas.

Ambos se levantaron del suelo y me miraron. Se sacudieron el uniforme y nos dieron sonrisas inocentes.

-Como sea... Encontré la llave
-mostré la llave plateada a los chicos, y a estos casi se les salen los ojos.

Inmediatamente se acercaron a mí y preguntaron por el diario. Bethany cerro la puerta de la habitación, yo me senté en la cama, Zack y André estaban a mi lado esperando a que abriera el diario. Se sentía suspenso en el ambiente y era obvió. Los cuatro lo portamos. Coloque la llave en el pequeño candado y lo abrí, hizo un pequeño «Clic» y después se entre abrió un poco, dejando ver sus hojas ya algo viejas.

Solté un suspiro, mis manos temblaban, Zack pasaba saliva con dificultad, André parecía haber dejado de respirar y el rostro de Bethany no era más que de miedo.

Abrí tan siquiera hasta las primeras dos hojas. Pasé saliva al leer la primera frase en medio de una página en blanco.

"El cuento jamás contado, es la salida de la perdición"

Volvi a pasar página.

«Página uno.

»Hace dos días percibí un aroma a putrefacción bajo uno de los estantes de la biblioteca.

Waisen © [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora