El camino Final.

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Cuando el estuvo a punto de acercarse a mí con uno de esos cuchillos en sus manos

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Cuando el estuvo a punto de acercarse a mí con uno de esos cuchillos en sus manos. Instintivamente solté una patada a su rostro, haciendo que esté retrocediera por el golpe.

Intenté safarme como pude, sin embargo Susan, llegó a mi e intento atarme más. Sinceramente no sé de dónde saqué toda esa fuerza, pero logré quitarme el primer sinto, y rápidamente quité el otro.

Mckenna ayudo al hombre para que se levantará, pero yo, ya me había safado de esa camilla, y ahora estaba peleando contra Susan.

Ella intento tirarme al suelo, pero yo proporcioné un puñetazo a su rostro, que la hizo caer. Después de eso, me adentré en uno de los pasillos que había tras de mí, eran pasillos con estantes más bien.

Tomé lo primero que encontré para defenderme, y enseguida corrí hacía la puerta, esquivando los intentos de la anciana para agarrarme.

Mi problema era el hombre.

No sabía si podría contra él, pero igualmente intente luchar más. Entonces el tipo de abalanzó sobre mí, haciendo que retumbara contra la pared. Solté un quejido por el fuerte dolor que sentía.

Debés luchar.

Y así lo hice.

El hombre que se hacía llamar a si mismo guardabosques, me tomó del cuello, e intento estrangularme con sus grandes manos.

Sentía que si seguía así por unos segundos más, yo moriría en sus manos. Miré a mi derecha, y mis esperanzas llegaron nuevamente, había un cuchillo de corte pequeño, estiré mi mano como pude. Y cuando el hombre reacciono ante mi acción, yo ya había clavado ese cuchillo en su cuello.

El me soltó, y retrocedió mientras se tomaba el cuello con desesperación. Yo caí al suelo, mientras intentaba tomar aire.

El grito de Mckenna se ha escuchado algo bajo en mis oídos. Cómo si hubiera quedado aturdida.

— ¡Maldita, mataste a mi esposo!
— grito la anciana.

Yo la mire de reojo, pero solo pude ver aquella puerta que podía ser mi salida.

Corrí hacía ella, pero la anciana Me empujó, y yo rebote con una de las mesas que estaban atrás. La mire con un maldito odió que ni yo sabía que tenía.

— Será mejor que me dejes ir — musité por lo bajo.

Susan a su lado, quería atacarme igual, pero no sé atrevía a moverse. El golpe en su mejilla, me hacía ver qué no quería nuevamente otro. 

Mckenna se abalanzó, pero yo esquive su agarré, salí como pude de ese lugar, e inmediatamente cerré la puerta, y ate la manija con una pequeña cuerda que estaba a lado de está.

No soportaría mucho ese amarre, pero me daría tiempo para escapar.

Me detuve en seco, en cuanto vi tres pasillos.

Waisen © [Completa]✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora