Cuando Wonwoo abrió los ojos, eran las 6 de la mañana en la hora del Este.
Después de comer un poco de pastel de carne, simplemente se fue al baño para darse una ducha de agua helada. Curó cada una de sus heridas, se vistió, y luego fue a sentarse en el asiento de siempre... Inmediatamente después tuvo muchísimo sueño, así que los pequeños y rígidos ojos de Wonwoo se cerraron y permanecieron así por un buen tiempo.
Ahora se estaba frotando los párpados. El interior del avión se había quedado en silencio, y solo se escuchaba el sonido ahogado del motor. Las luces estaban en una tonalidad tenue, habían colocado su asiento todo para atrás y, además, lo habían cubierto con una manta de lana... Mingyu estaba frente a él, sentado, pero con la cabeza ladeada y los ojos cerrados. Su corazón se siente pesado cuando lo ve dormir allí, tan incómodo. Había una habitación al lado, con una cama que podía haber ocupado... No había deseado dejarlo solo, posiblemente. Y cómo resultado iba a despertar sintiéndose adolorido y sin poder mover bien la cabeza.
Wonwoo se sentó en silencio, mirando su rostro con forma de escultura. Esperando que, si seguía así el tiempo suficiente, él abriría los ojos y le miraría para decir alguna de sus frases ridículas... Pronto, sin embargo, el avión privado se sacudió ligeramente y comenzó a prepararse para aterrizar.
Estaban a punto de llegar al aeropuerto Charlotte, así que levantó la cortina y miró atentamente por la ventanilla una última vez. El cielo negro, que había causado su miedo durante gran parte del viaje, de repente se estaba volviendo azul claro. Había una luz brillante, preparada para expulsar toda la oscuridad del ébano.
Wonwoo levantó la vista y recordó a Baejun, quién se convirtió en la luz de su vida. ¿Qué está haciendo ahora? ¿Lograría dormir? ¿Le darían de comer? ¿Estará llorando? Cuanto más pensaba, más dolor tenía dentro del pecho y más insoportable se sentía el respirar. Wonwoo levantó la mano y se cubrió los ojos. El niño gritaba en voz alta incluso cuando intentaba no pensar en eso.
Entonces la altitud del avión cae bruscamente y se produce la sensación de hormigueo en sus oídos. Con ansiedad, Wonwoo respiró hondo debido a la sensación y lentamente volvió a elevar la mirada. Su pupila oscura se refleja en una ventana que ahora parece inclinada. Como siempre, no hay ni siquiera una gota de emoción.
"Te encontraré pronto mi amor. Y te abrazaré con fuerza... No llores, espera por mí un minuto más."
Susurrando como para alcanzar a Baejun en la distancia o tal vez como una promesa para sí mismo, Wonwoo apretó su puño tan fuerte como le fue posible.***
Cuando sale del aeropuerto y observa la espalda de Wonwoo, caminando derecho rumbo al taxi, Mingyu comienza a sentir la misma sensación que tuvo antes de que secuestraran al niño. Era una señal tan incómoda que pronto estaba allí otra vez, masticando su dedo hasta casi destrozarlo.
Estaban en el lugar donde se alineaban todos los taxis. Mingyu, que ya no podía soportarlo, caminó un poco más rápido y sujetó la muñeca de Wonwoo con más fuerza de la necesaria. Su boca no se movía, aunque realmente deseaba decirle un montón de cosas en ese momento. Estaba sudando y se sentía tan fuera de lugar que, en realidad era honestamente aterrador.
Cuando la sensación delicada de la piel de Wonwoo llega hasta la punta de sus dedos, su corazón está casi totalmente inconsciente. ¿Por qué está tan incómodo? ¿Por qué está tan asustado? Nunca se había preocupado tanto por el fracaso en su vida. No había nada que temer, nada que perder... Pero ahora se siente como si hubiera cientos y cientos de cosas que podrían ir terriblemente mal.
"... ¿Tienes algo que decir?"
Pero, como siempre, Wonwoo miraba en silencio a Mingyu. Una cara indiferente y sería. Como si estuvieran en caminos contrarios y en sintonías completamente distintas también. Una atmósfera excesivamente contrastante que lo hacía sentir como un tonto. Por fin, Mingyu frunció el ceño y murmuró amargamente: "No, no hay nada". Pero todos los sentimientos tristes se soltaron en cuanto soltó la muñeca de Wonwoo... Fue en ese instante en que levantó la mano de nuevo y luchó contra todo lo que tenía encima con tal de sostenerle de la barbilla y aproximarlo un poquito más a él.
La cara de Wonwoo golpeó frente a sus ojos y sus pupilas negras finalmente se enredaron con las suyas... Mingyu inclinó la cabeza y superpuso sus labios sobre aquellos que estaban bastante heridos.
"Oh..."
El gemido de Wonwoo, mezclado con una respiración entrecortada, estimuló a Mingyu tanto como si fuera el efecto de una droga. En un instante, los labios que había sentido absolutamente fríos ahora estaban manchados de calor, mojados, cosquilleantes... Un sonido húmedo fluía justo en el medio y, aunque la mirada endurecida de Wonwoo estaba llena de vergüenza y de dudas, no lo rechazó.
Mingyu, lo besaba y lo besaba. La textura de sus labios era sedosa y la saliva se sentía tan dulce que no pudo evitar beberla.