42

449 54 4
                                    

El cabello del niño es bastante similar al suyo, es brillante y cercano a la plata. Por supuesto, el propio Mingyu era idéntico a él cuando era joven. No solo por el color del cabello... Se notaba en sus bonitas mejillas enrojecidas, en sus pupilas azules, en esa nariz recta y delicada. Mingyu abrió mucho los ojos cuando pensó: "Dios mío. De verdad es mi hijo". Porque incluso cuando Wonwoo se lo contó, no pudo hacerse a la idea inmediatamente después. Estaba demasiado sorprendido y enojado y su cabeza no giraba del todo bien. Ahora, siente que de verdad Baejun era un pedacito de él. Tanto así que todo tipo de emociones, que eran difíciles de describir con palabras, se mezclaron entonces y se vertieron sobre él como una fuerte lluvia...

Mingyu entonces, solo respira.

Quería llegar con él y consolarlo. Tomar sus manitas y decir algo, cualquier cosa... Desafortunadamente, lo que sentía era difícil de describir y de demostrar.

Fue cosa de un instante.

Dan, que había estado arrodillado en el suelo todo este tiempo, de repente corrió hacia Seulgi haciendo que tanto ella como el bebé fueran atrapados rápidamente por sus brazos.

"¡Ah!"

Seulgi gritó y levantó las manos para intentar aventar a Baejun con Mingyu... Pero, aunque trató de apresurarse tanto como pudo, Dan le golpeó en la cabeza con la empuñadura de su pistola hasta hacer que sonara una y otra vez. La hizo sangrar.

Seulgi se derrumbó entonces contra el suelo de piedra al mismo tiempo en que comenzaron a escucharse algunos disparos desesperados. Uno, dos, tres... Dan disparaba mientras le mostraba al niño que tenía en las manos. Gritaba:

"¡¡Si no quieres que lo mate, no te muevas!!"

Baejun lloraba otra vez, con los bracitos extendidos en la dirección de Mingyu.

Maldita sea.

No debería haber subestimado la fuerza de Dan porque después de todo era un comandante de la armada. ¡El comandante naval principal!
Era un error de novato que estaba dispuesto a corregir inmediatamente.

"Mingyu, necesitas recordar que también soy un Alfa dominante. No importa que tan fuertes sean tus feromonas, puedo soportarlo tanto como tú."

Aunque Dan le soltó todo esto con bastante arrogancia, la verdad es que parecía que su cuerpo se iba a venir abajo de un momento para otro. Tenía la cara desgarrada, el pecho subiendo con dificultad, un espeso sudor frío mezclándose con su sangre... Incluso si pretende ser capaz de darle una larga batalla, ¿Cuánto tiempo puede seguir haciendo esto antes de vomitar hasta los huesos?

Mingyu miró la cara casi azul de Dan.

"Dame... A mi hijo."

"Entonces baja el arma y retrocede."

"Dámelo."

"Todo es tu culpa. ¡Todo se volvió un desastre gracias a ti! ¡Es el precio por tus acciones!"

Dan gritaba, con los ojos bien abiertos y la pupila temblorosa... Mingyu entonces, dijo que estaba bien.

"Ya está... ¿Lo ves? No tenemos que actuar de esta manera tan salvaje." Con ambas manos levantadas, Mingyu arrojó la metralleta al suelo hasta formar un sonido realmente pesado. "Pero quiero decir, que igual hay algo que estás pasando por alto."

"¿Y qué estoy pasando por alto según tú?"

"No soy un Alfa dominante y ya, SOY EL MEJOR ALFA DOMINANTE DE TODO EL PUTO MUNDO... Y ciertamente puedo aplastarte en cualquier momento y siempre que yo quiera, sin necesidad de un arma."

Cuando respondió así, pronto pareció como si todo el color de Dan comenzara a desvanecerse realmente rápido.

"No... No eres capaz de hacer eso. ¡¿No viste que tus feromonas no pueden detenerme?!"

"¡¡Suelta a mi hijo!!"
Mingyu gritó con tanta fuerza, que Dan tragó toda la saliva que pudo para aliviar su garganta terriblemente reseca. Al final, agarró al niño y lo jaló hacia adelante en un intento por protegerse utilizándolo a él... Pero las feromonas de Mingyu fueron más rápidas que eso y corrieron para inundar ferozmente la cabeza del hombre.

"No vas a salir de esto, pedazo de mierda."

"¡¡¡Aaaah!!!"

"Cometiste el horrible error de tocar a mi gente, a la madre de mi compañero y a mi hijo... Y nunca voy a perdonarte por eso. Ni siquiera al morir."

La sangre salpicó de su nariz y de su boca con un temible impulso... Realmente no podía soportar cuando tantas feromonas pesadas lo golpeaban de una sola vez y en diferentes direcciones. Sus extremidades temblaban de tal manera, que no fue sorprendente cuando dejó ir a Baejun por segunda vez y volteó los ojos hasta dejarlos completamente en blanco. Al mismo tiempo, Mingyu corrió con urgencia para sostener al niño antes de que terminara por estamparse contra el piso.

"Ya está, ya está."

El niño, envuelto firmemente entre sus brazos, lo miró por un momento antes de ponerse a llorar con demasiada fuerza. Lo abrazó del cuello y hundió la carita en su chaleco. Era, como si toda la pena acumulada finalmente explotara en sollozos y gritos.

Mingyu le acaricia la cabeza de arriba para abajo. Siente el aliento húmedo del niño en su piel y las lágrimas cayendo cuando se pega como si quisiera fundirse con él.

"... No llores, ya no llores."

No sabe que hacer exactamente así que, por un momento, Mingyu le frota la punta de la nariz como si se tratara de un gatito. Después, la pequeña espalda de Baejun queda completamente envuelta en unas manos grandes y pálidas... Comienza a darle pequeños besitos sobre la cabeza porque recuerda que un día, Wonwoo abrazó al niño justo de esta manera.

Enterró el rostro en su cabello y, mientras cerraba los ojos y lo sentía, el olor a talco de bebé y leche fluyó a través de sus fosas nasales. Era relajante, así que el abrazo se volvió más fuerte sin que se diera cuenta.

"Está bien... Ya estoy aquí contigo."

Meanie 1Where stories live. Discover now