El interior del avión estaba limpio y se veía absolutamente lujoso y espacioso. Era como una pequeña oficina. Un escritorio de madera en el que había todo tipo de computadoras, tabletas electrónicas y otros equipos desconocidos para él. Hay documentos organizados alfabéticamente, un sofá enorme. Tiene un mini bar pegado a la pared y te encuentras con un dormitorio individual cuando entras por la puerta trasera. El avión privado... Más bien era un pequeño hotel que podía volar a cualquier parte.
Wonwoo se sentó en el sofá y comenzó a mirar todo lo que tenía a su alrededor hasta que se quedó observando a Mingyu, que se había acomodado justo frente a él. Parecía bastante centrando en alguna especie de trabajo que tenía pendiente, con su computadora portátil extendida sobre la mesa.
Mirando el monitor, dando un click cada determinado tiempo y después, tecleando oraciones relativamente cortas.
Cuando salió de la casa, pensó que era sorprendente que lo estuviera enviando solo. Aunque estaba completamente agradecido de que le diera un avión privado sin preguntarle nada al respecto, hubo bastantes veces en las que quería decir: "¿Te sientes bien? ¿De verdad estás enviándome, así como si nada?". Así que, al verlo bajar del automóvil... Se sintió tan terriblemente aliviado que todo su cuerpo se relajó de una manera considerable. ¡Y eso era ridículo! ¡Tenía ganas de golpearse en la cabeza solo de recordarlo!
Wonwoo, que se había rendido de pensar, enterró la espalda en el sofá y cerró los ojos un momento... Ah, no tenía idea de lo cómodo que podía ser un buen cojín. Incluso tuvo la ilusión de ser absorbido y arrullado.
"Ya que vamos a estar viajando por alrededor de cinco horas, estaría bien si intentaras dormir un poco mientras tanto."
Mingyu, que notó rápidamente que la energía que había guardado estaba saliendo de su cuerpo, murmuró esto sin levantar ni un instante los ojos del monitor...
El destino era Carolina del Norte, en el Este de dónde se encontraban ahora. La base de los JSOC de Dan estaba montada en Fort Bragg, Carolina... Así que tenía razón, era bastante tiempo. Y sería bueno dormir porque podría ayudarlo a controlar su condición física y también mantendría su energía en lo más alto. El problema es que no es nada fácil. Tal vez sea porque está demasiado ansioso o triste o molesto, o preocupado o todo lo anterior... Pero solo cierra los ojos y no logra que algo pase más allá de eso.
La carita de Baejun siempre aparece allí, llorando. Los gritos de su madre le llegan de todas direcciones.
"Bebe esto entonces..."
Los ojos de Wonwoo se abren de golpe... Ni siquiera se había dado cuenta de cómo o cuándo lo había traído.
"Gracias."
Wonwoo miró el vaso con hielo y licor e inmediatamente después tomó un sorbo que se sintió bastante frío. Lo pasó por toda su boca y luego intentó que se deslizara por su garganta de la manera más lenta posible. Sí, eso puede ser de mucha ayuda cuando quieres curar un ardor que no se quita.
"Deberías comer algo también. ¿Está bien? Yo lo haré contigo si así te sientes más animado."
Mingyu, que cuidaba de Wonwoo como si fuera una hierba seca y crujiente, le indicó a Siwon que trajera algo de comer de inmediato.
Había olvidado que llevaba días sin hacerlo. Antes de regresar a San Diego, comió en un pequeño pueblo en la frontera, entre California y Arizona. ¿Eso ya tiene una semana o algo así? En realidad, ahora ni siquiera puede sentir hambre. No siente hambre, o sueño... Ni siquiera ganas de hablar.
Era como, si todas las cosas dentro de él hubieran muerto.
Con una cara extraña, Wonwoo apartó la vista y miró por la pequeña ventanilla. Había un cielo nocturno, extendiéndose completamente fuera del cristal. Es negro, todo negro. Era como un vasto mar abandonado... El mar es un espejo del cielo. El mar no tiene color, siempre se trata del cielo pintando todo lo que tiene abajo. Y, si se mira el tiempo necesario, te das cuenta de que no hay nada. No hay luz, ni el reflejo de la luna, o de las estrellas... Y pronto incluso deja de haber sonido.
Tan pronto como recordó eso, surgió una extraña sensación en Wonwoo que rápidamente le obligó a extender la mano para cerrar la ventana. Es tan terrible, como el cuerpo se empeña en recordar cada pequeña cosa solamente por la idea de un color... La oscuridad le daba miedo.
"Wonwoo, ¿qué pasa, cariño? ¿Te sientes mal?"
Mingyu, que juntó un poco más la cara con la suya, preguntó mientras barría el sudor frío de su frente con las yemas de los dedos. Wonwoo estaba temblando, así que la pupila azul del hombre pareció ponerse un poco oscura.
Era muy hermoso de todas maneras, ojos azules que parecían todo lo contrario a lo que le temía.
"... Un día, crucé el mar solo."
Esa fue la primera información importante de una historia que no le había logrado contar.
"¿Solo?"
"Monté un bote de goma a través del mar."
Mingyu frunció el ceño.
"Pudiste morir."
Wonwoo se rió amargamente y asintió.
"Y desde entonces, he tenido mucho miedo a la oscuridad y al mar. Es tan severo que hay días que siento que no puedo soportarlo. Y, cada vez que viene a mi mente... Incluso creo que podría morir." Wonwoo, con una mirada a la ventana cerrada, movió su dedo para hacer que la cortina volviera a subirse. "Pero sé que es tonto y, que debo superarlo rápidamente..."
"No es tonto... Si te sientas mal, deja la ventana cerrada hasta que amanezca. Incluso puedo hacer que las luces sean más brillantes si quieres."
La voz de Mingyu era fuerte, pero su sugerencia fue muy amable. La cabeza de Wonwoo dice que no.
"Esto es suficiente... ¿Sabes? Cuando mi hijo estaba cerca, nunca tuve miedo de nada. Por oscuro que estuviera todo, si Baejun estaba en mis brazos, sosteniéndome ... No había espacio para tener temor."