Erron Black se había quedado sin suerte en OutWorld. Después de que su último jefe fuera asesinado, el mercenario tomó la decisión de regresar al EarthRealm, más específicamente al cálido estado de Texas mientras la situación se calmaba. Sin embargo...
(*NOTA DEL AUTOR* La simagenes que se muestran son para complementar la historia escrita, sin embargo las propias imagenes no tienen el peso o realcion exacta con el escrito, son solo una apoximado a la historia.)
"Vamos, vamos Galánd" - le dijo Leonardo Lupu a su caballo a altas horas de la noche cuando lo sacó de su establo.
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Después de que la bestia Neo-Lycan intentó robar a su hija y el forastero desafió a Heisenberg, Leonardo supo que el momento de escapar de la maldita aldea olvidada por Dios era ahora. Se llevó a su hija, los ahorros de toda su vida, su escopeta y principalmente, el paquete con los papeles con sus nuevas identidades.
Quizás Leonardo Lupu fue el único testigo que vio como el extraño cortó la mano de Lord Heisenberg, la batalla entre esos 2 fue intensa, hubo disparos y una pelea cuerpo a cuerpo, todo terminó con la mano de Lord Heisenberg cortada y el extraño atado con una cadena. Pero una de las cosas que Lupu escuchó perfectamente fue que Lord Heisenberg se dirigía a una reunión con la Madre Miranda. Leonardo vio allí la oportunidad de oro, finalmente escaparía a la civilización y quizás y solo quizás regresaría con una fuerza que liberaría al pueblo del control de Miranda y el del Dios Negro.
"¡Vamos niña! ¡Hay un mundo que nos espera con los brazos abiertos!" -El padre le dijo a su hija que estaba preparando su propio caballo.
Aunque al principio su hija le dijo a su padre que tenía que presentarse a Lady Dimitrescu sí o sí, la orden de su padre prevaleció, y luego de 2 horas de discusiones padre-hija, con un abrazo, los dos aceptaron que tenían qué empacar. .
"Bueno, hija mía. Tomaremos el camino del comerciante hacia el oeste, de ahí en adelante serán tal vez 4 o 5 horas de viaje" - dijo el anciano mostrándole un mapa igual o mayor que Leonardo. - "Hija mía, si me pasa algo en el camino, debes continuar, por tu libertad".
"No digas eso papá, los dos nos iremos de este pueblo". - Dijo la niña con ojos llorosos de alegría.
"Que Dios te escuche". - Dijo el padre para que luego ambos, padre e hija, cabalgaran hacia el oeste, dejando la antigua posada que fue propiedad de la familia Lupu durante siglo y medio, o tal vez más. Pero esa estructura de madera no se equiparaba con la libertad de su hija y la suya, por lo que simplemente la cerró, como si nada hubiera pasado.
Los únicos seres vivos en la posada eran su pequeño ganado de una vaca, unos cinco pollos y 2 cabras y el caballo del extraño, este caballo "Kano", como nunca volverían, Leonardo dejó toda la comida a merced de los animales, luego, tarde o temprano, uno de sus vecinos reclamaría uno de los animales.
"Vamos hija mía, recuerda disparar en el corazón o en la cabeza". -Dijo Leonardo mientras le entregaba una vieja pistola LEMI a su hija.
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