chapter three

945 87 22
                                    

"show me, instead of telling me"


Gustabo gime suavemente mientras suaves besos se abren camino hasta la extensión de su cuello.

Echa la cabeza hacia atrás desde donde está sentado en la encimera del lavabo, exponiendo más de su piel cálida mientras sus ojos azules parpadean abiertos para permanecer mirando el techo del baño. Sentía que la habitación daba vueltas y su cuerpo ardía, cada centímetro que tocaba el hombre frente a él se incendiaba. Dando un grito ahogado que se convierte en un quejido cuando el hombre muerde un área bastante sensible, el rubio levanta sus manos para apretar los suaves mechones negros de cabello. Arquea la espalda desde donde descansa contra el espejo y separa más las piernas de una manera que permite que su cuerpo presione contra el frente del pelinegro con más firmeza.

Mierda. Gustabo se las arregla para hablar débilmente antes de que unos cálidos labios chocan contra los suyos en un acalorado beso.

El adolescente no duda en devolver el beso, lanzándose ligeramente hacia adelante mientras se apresura a igualar el ritmo.

El beso es descuidado y áspero, viendo que el hombre mayor casi devora la boca del rubio. Gustabo, él mismo, apenas puede seguir el ritmo de la aspereza, pero aún hace todo lo posible.

No puede recordar mucho de cómo llegó aquí y en este momento.

Después de que Greco lo dejara a su suerte, había conseguido beber al menos tres tragos de la cocina antes de regresar a la sala de estar, que rápidamente se había convertido en el punto focal de la fiesta. Bailó un poco, llamando la atención de algunos extraños ahora sin rostro que se unieron a él en el baile durante un rato. Aunque después de eso, todo es un poco confuso.

Recuerda mirar a los ojos del hombre mayor al otro lado de la habitación mientras "let me love you" sonaba por los altavoces.

Recuerda mover sus caderas y lamerse los labios a modo de invitación mientras el tono entrecortado de Ariana Grande llenaba la habitación.

Pero a partir de ahí se le nubla la memoria, no recuerda al pelinegro acercándose a él. Ese trozo de memoria parece haber desaparecido por completo. Pero recuerda la forma en que el hombre se sintió apretado detrás de él poco después, sus grandes manos tomando las caderas de Gustabo mientras sus cuerpos se movían juntos al ritmo de la canción.

Las cosas solo se intensificaron cuando el rubio se volteó hacia el extraño, sus ojos se cruzaron casi de inmediato. La mirada fue bastante intensa ya que ninguno de los dos parecía estar retrocediendo, provocó un enjambre de mariposas en su estómago de una manera que nunca antes había sentido. El hombre era más que atractivo, con manos grandes y antebrazos fuertes con algunas cicatrices, como si alguna vez hubiese ido a la guerra, una marcada y afilada mandíbula, como si de una cuchilla se tratase y ojos marrones muy oscuros que dejaban sin aliento a Gustabo cuanto más los miraba. Sin mencionar que la camiseta que llevaba dejaba poco a la imaginación con sus bíceps prácticamente restregándose contra el material. Aunque el adolescente dudaba que tuviera algo más de veinte años, este era un hombre.

Sin decir ni una palabra, el joven de diecisiete años había envuelto sus brazos alrededor del cuello del pelinegro y acercó sus cuerpos, aparentemente sin quejarse. El extraño a cambio solo deslizó sus manos en los bolsillos traseros de los jeans del ojiazul, apretando ligeramente su trasero antes de tirar de su cuerpo hacia adelante hasta el punto en que no había espacio entre ellos.

Gustabo no está muy seguro de cómo se desarrollaron las cosas desde allí, pero no demasiado pronto después, ya estaban frotando entre sí.

La forma en que se sintió en ese momento fue indescriptible. Esta no era la primera vez que bebía y normalmente no era tan ligero con el alcohol, pero por alguna extraña razón ya se sentía borracho. Sin embargo, no era el tipo de borracho malo, era el tipo en el que tus sentidos están en las etapas iniciales de embotamiento y tu cuerpo se siente liviano. A pesar de eso, al mismo tiempo también se sintió abrumado por la forma en que la excitación corría caliente en su sangre, dejando la punta de sus orejas de un rosa ardiente y un agradable rubor cubriendo sus mejillas mientras sus jeans se apretaban. Estaba excitado, y por algo tan pequeño como un un simple roce.

Break up with your boyfriend - IntenaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora