Break up with your boyfriend - Intenabo

chapter eighteen

"we don't hurt the people that we love"

El viaje en automóvil de regreso a casa con Jack es incómodo.

Los dos no se han dicho gran cosa entre salir de la casa y subirse al coche. Gustabo no está seguro de cómo se siente al respecto mientras conducen por las calles oscuras en silencio.

Aunque lo único de lo que está seguro es del hecho de que está completamente conmocionado por los eventos que han ocurrido esta noche.

Entre las duras palabras de Viktor y la inesperada protección de Jack, hubo mucho que procesar.

No tiene idea de qué decirle a Jack, ni por dónde comenzar la conversación. ¿Qué podría decir? Gracias viene a la mente, pero no se siente muy bien porque, con toda honestidad, él no está agradecido. No está agradecido por nada de esto.

Y sabe que debería estar agradecido de que Jack intervino cuando lo hizo, y tal vez incluso una pequeña parte de él lo esté, pero al final solo se siente enojado, confundido y molesto.

Sabe que su ira y sus frustraciones no se deben únicamente a Jack, que el hombre no debería ser el que tenga que enfrentar la peor parte de su espectro en el gran esquema de las cosas. Pero descubre que, sorprendentemente, una gran parte de su ira está dirigida a Jack.

Y tal vez no toda esa ira se deriva de los eventos que han ocurrido hoy, pero no puede negar que está ahí de todos modos, no importa de dónde sea o cómo haya llegado allí.

La peor parte de esto, supone, es el hecho de que no sabe cómo transmitir nada de eso sin sonar como un loco total.

Suena bastante loco en su cabeza y casi tiene miedo de expresarlo en voz alta a expensas de la paz y tranquilidad que se le ha otorgado momentáneamente.

Y así lo carcome al igual que el silencio.

No dice una palabra durante la mayor parte del viaje, sus ojos azules se fijan en el paisaje de sombras y luces brillantes que pasan por su ventana. No está seguro de cuánto tiempo pasa así, pero en algún momento, cierra los ojos y, cuando los vuelve a abrir, están estacionándose junto a la acera frente a su casa.

La calle está tranquila y todas las luces de la casa están apagadas, lo cual es de esperar. Es tarde y le dijo a su papá que pasaría la noche en casa de Viktor. Mirando el camino que conduce a la puerta principal, Gustabo puede sentir que su estómago se revuelve con temor y anticipación. No está del todo seguro de por qué o para qué, ha estado aquí con Jack miles de veces antes. Pero esta vez se siente diferente al resto y no en el buen sentido.

Sin decir una palabra, Jack apaga el motor del auto y el pequeño espacio queda en silencio. Gustabo sigue mirando por la ventana, evitando mirar al mayor. Sabe que el moreno se está preparando para decir algo, que no hay manera de que deje este auto sin que se diga algo y lo está temiendo.

Sabe que Jack no va a dejar pasar esta noche, que va a sacar el tema a pesar de que es lo último de lo que Gustabo quiere hablar.

—Así que, eh, ¿estás bien?

Y ahí está. La rama de olivo sutil para hablar de lo que ha sucedido esta noche, lo que había estado anticipando, temiendo.