Capítulo 7

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Esta mañana amanecí tranquilo. Quizás porque sé que no estaré solo en la escuela, quizás porque mi padre no está en casa y no tengo que escuchar sus gritos y órdenes, no lo sé, no creo que importe.

Mi mente no tarda en relacionar la tranquilidad que siento en este momento con la que me transmitía Adam siempre que estaba con él... Era realmente todo para mí. Nada más me importaba que estar a su lado. Quizás suelo ser muy repetitivo con el tema de que lo extraño y que era muy importante para mí, pero mierda, de verdad lo era.

Me dirijo a la escuela, indiferente, aunque sé que con Julie todo esta más que solucionado y es probable que hoy la escuela no sea un infierno como a los que estoy acostumbrado, siento que me falta algo. Es como si Adam haya sido un círculo en mi vida y ahora tengo un espacio vacío con forma de círculo, y Julie es un bonito cuadrado tratando de encajar. Es un ejemplo muy estúpido, pero yo me entiendo.

Mis ojos buscan entre la multitud de adolescentes a Julie o a sus amigas pero solo ven algunas caras conocidas, aunque preferiría nunca haberlas conocido.

- ¡Hey, fracasado!-. Me gritan desde algún lugar que no puedo saber con tanta certeza, pero reconozco esa voz.

- ¡Por aquí, idiota!-. Ya lo vi, es Derek, el de la "vida difícil". Y los esclavos de él que se hacen llamar sus amigos hacen coro con los insultos. La verdad es que solo están con él por popularidad y porque su padre es rico. No solo eso, también hacen lo que él les dice que hagan y lo alagan todo el tiempo.

- ¿Qué paso con tu mochila? ¿Adam se la llevó?-. Bromea Derek en tono amenazante. Sus palabras no me hieren tanto, pero si me molestan. La vida me enseñó a hacer oídos sordos a las personas que con sus palabras solo malgastan saliva, así que hago un esfuerzo por resistir.

Los insultos siguen, pero la cosa se empieza a poner peor algunos me arrojan papeles, otros me tiran de la ropa, algunos me empujan... Pero Derek estalla de la ira y me tira al suelo de un fuerte empujón, salvaje, como el de un león luchando por ser el líder de la manada. Me golpeo la cabeza con una barandilla antes de aterrizar en el piso. Veo borroso, no oigo casi nada, solo risas y bromas que suenan como un eco en un lugar inmenso y todo me da vueltas. De a poco voy volviendo a la normalidad, pero cuando estoy a punto de pararme nuevamente, un amigo de Derek me empuja de nuevo. No fue tan fuerte, pero estoy tan débil que solo pude apoyar mi antebrazo derecho antes de golpearme la cara contra el piso.

Sigo algo inconsciente pero noto que Derek golpea a su amigo y le grita en un tono autoritario:

- ¡Déjalo, es mío!-. Al oír estas palabras algo dentro de mí dice que corra si no quiero terminar peor de lo que estoy, es ahora o nunca.

No tengo energía para moverme, pero siento que alguien me levanta y gracias a ese empujón corro hacia adentro de la escuela buscando un lugar seguro.

Corro como una presa escapando de su depredador. Hay algo de sangre en mi camisa, pero no le doy importancia.

Abro de un portazo la puerta del baño y antes de cerrarla miro a mis costados para ver que nadie me haya seguido. Parece que nadie se percato de mi presencia, por lo que entro al baño rápidamente.

Al verme en el espejo veo que estoy perdiendo un poco de sangre en la parte derecha de mi cabeza, y ahí es cuando empiezo a sentir dolor y me asusto más.

Toda mi vida sufrí de acoso escolar, pero nunca era más que insultos, o un par de moretones, pero nunca sangre.

Intento limpiarme la sangre con mi mano. Al verla, temblorosa, llena de sangre, siento una sensación que nunca antes sentí, como si tuviese mucho miedo, bueno, lo tengo, puedo hasta sentir la adrenalina en mi sangre. Creo que es el instinto de supervivencia, no lo sé, es lo único que se me ocurre.

Vivir Para LucharDonde viven las historias. Descúbrelo ahora