𝗧𝗮𝗸𝗲 𝗺𝗲 𝗮𝘄𝗮𝘆 / 𝗥𝗮𝗻 & 𝗥𝗶𝗻𝗱𝗼 𝗛𝗮𝗶𝘁𝗮𝗻𝗶

𝙅𝙚𝙧𝙠 𝙄𝙩 𝙊𝙪𝙩

Los días pasaron, todo se resume en Misa acudiendo a la casa de Draken (en ocasiones acompañada de Kazutora) para de ahí dirigirse al local de su madre y regresar junto a ella a su hogar. Fueron días tranquilos, como lo eran comúnmente en la vida de Misa; el mayor momento de extasis para ella llegaba cuando se encontraba en el escenario junto a sus amigos cada viernes.

Y justo es viernes.

La agrupación se puso de acuerdo, fue el día anterior que se decidieron por el repertorio de canciones que tocarían el viernes en el bar. Una mezcla de rock alternativo y una que otra canción a petición de quienes se presentaran en el lugar esa noche, la formula confiable para asegurar un éxito rotundo durante la velada sin arriesgarse a mucho.

La Tokyo Manji se encontraba camino a el hogar de su líder, Mikey. Llevaban esperándolo en casa de Draken desde hace una hora y media y este no se presentaba, por lo que decidieron ir en conjunto por el, para de su hogar dirigirse directamente a el bar. Era todo un lio, ya que Mikey es quien vive más lejos del lugar, se llevaría un buen regaño por parte de Draken sin importar la razón por la cual el rubio no se presentaba.
Mitsuya iba al volante, este llevaba un estilo de manejo mas relajado a comparación de Draken, quien si, tenia cuidado, pero no era tan precavido como Mitsuya. Era de esperarse el que el auto rebotara al momento de pasar por una bolla cuando Draken manejaba, provocando que sus acompañantes y el mismo conductor se golpearan en la cabeza. Al momento de llegar, Draken les indico a sus amigos que esperaran en el vehículo mientras el iba a buscar a Mikey. No pasaron ni 10 minutos cuando este mismo apareció ante la vista de todos: iba cargando a Mikey como si fuera un costal de papas, lanzándolo hacia el interior del auto para proceder a subir al asiento del copiloto, Mitsuya arrancando inmediatamente una vez la puerta del copiloto fuera cerrada. A pesar del contratiempo, la banda aun se encontraba a tiempo; siempre partían una o dos horas antes de su presentación desde la casa de Draken, por si situaciones como estas llegaban a presentarse. No era la primera vez que algo así pasaba, con anterioridad se habían presentado diferentes situaciones según el integrante: Baji cuando tardo de mas en llegar a casa de Draken gracias a que se había metido en una pelea en un intento de robarle después de salir de clases, Mitsuya cuando tuvo que quedarse en su hogar una hora mas al cuidado de sus hermanas menores, Draken cuando perdió la noción de los días pensando que apenas era martes, Misa cuando por aceptar encargarse de la florería llego 2 horas después de la hora acordada, y por ultimo Mikey, quien simplemente acostumbraba a quedarse dormido.

El camino fue divertido, la banda iba escuchando música, cantando todos en conjunto y bailando o sacudiendo sus melenas o pies al ritmo de las melodías sintonizadas por la pequeña radio del vehículo. Al paso de 20 minutos llegaron al lugar, justo a tiempo para comenzar a instalar la batería de Draken y a verificar que el sonido fuera bien.

- Chicos, ¿puedo tener su atención? - Se acerco el gerente del lugar a la agrupación, quien al percatarse de que todos tenían los ojos sobre el, siguió hablando - Hoy vendrán invitados especiales, aproximadamente media hora de que ustedes comiencen. Impresiónenlos, de verdad, se lo que les digo.

- ¿Quién puede ser tan importante como para que nos digas que tenemos que impresionarlos? - Se paro Mitsuya para sentarse en el borde del pequeño escenario frente al dueño del lugar - Nunca te hemos fallado ninguna noche, no ha habido viernes en el que algo salga mal.

- Lo digo por ustedes, puede ser una oportunidad. Aunque mas por mi y el lugar, es una oportunidad para obtener reconocimiento - El resto de chicos dejaron de tomarle atención, Misa rodo los ojos y volvió a lo suyo, afinando su guitarra eléctrica negra con ayuda de un diapasón.

- A ver, presta. Lo estas haciendo mal, se supone que ya te había enseñado a afinarla - Baji le quito la guitarra y el objeto de las manos de la chica para afinarla, regresándosela al cerciorarse de que se escuchaba bien.