God knows i tried

Descubiertos

La tarde en el muelle fue clave para olvidar los amargos sucesos de la madrugada, había confirmado los malos presentimientos que tenía hacia su padre, dio la cara ante ese trato sucio pactado por su progenitor, "Para un mejor control de las cargas debes estar allí antes del amanecer, Benicio te estará esperando, no hagas nada, sólo di que eres mi hijo y te lo entregará, pero deja que él deje a tu disposición las mercaderías" Pues al parecer esa pequeña orden tuvo sentido y comprendió en su totalidad cuando el tal Benicio le comentaba como habían logrado meter el triple de mercaderías por el precio de una gracias a un polvo blanco, dulce, pero ilegal. Su padre mantenía a flote sus negocios por medio del contrabando de sacarina proveniente de Suiza, ¿Quién lo diría? El rey de la hostelería, logrando conseguir todo lo que quería por nada más y nada menos que ser el medio para dicho acto delictivo. Ya había escuchado sobre el ingreso ilegal de dicho polvo dulce entre los cadáveres que venían a reposar en estas tierras, ¿Pero una vez muertos quién los vería como un medio de amenaza?, sin embargo la amenaza no se encontraba en los cadáveres, sino más bien lo que escondían dentro, eran solo contenedores. Ahora bien mismo modus operandi, diferentes contenedores, aunque solían ser muy quisquillosos con las barcazas y lo que tenían dentro, al parecer nadie parecía importarle las adquisiciones de Troy Tomlinson, era eso o los había sobornados a todos, lo que suena mucho más lógico.

Producir sacarina es complejo y su fabricación, mucho más cara que la del azúcar. Pero, al final, como es 550 veces más dulce que el azúcar, resulta más barata. Y esto la convierte en un sucedáneo atractivo para las personas con menos recursos, acostumbradas a tomar achicoria en vez de café y margarina en vez de mantequilla. Como resultado, la gente no renuncia a añadir sacarina al sustituto del café, lo cual alimenta las ventas ilegales muy convenientes para tratos deshonestos.

Vaya ejemplo papá.

Si bien era uno de los pensamientos que no abandonaron su cabeza en lo que iba del día, no era el principal. El estar con Harry, verlo en su burbuja, haciendo lo que más ama en el mundo, fue de las cosas por las que se sintió bendecido y afortunado, nadie hasta ese día había podido estar presente en el proceso de creación de su amigo, fue y es él único con esa suerte, y tiene que admitir que la cantidad de emociones que eso le produce son demasiadas como para contenerlas, que importaba ya si su padre era contrabandista, si él era el sucesor de ese trabajo sucio, que importaba si iba ir a estudiar muy lejos, nada importaba en ese momento, nada más que la idea de estar compartiendo con Harry y sentirse plenamente feliz por el simple hecho de tenerlo junto a él.

Más tarde esa noche se dirigieron nuevamente al hospedaje, mañana al medio día retornarían a sus hogares así que debían de reposar y guardar fuerzas para el viaje. Theodora los recibió con leche tibia y algunas galletas, les prometió un gran desayuno y les deseo las buenas noches. Ambos en un silencio cómodo se dirigieron a sus cuartos, antes de que siquiera pueda entrar a su habitación sintió como unos dedos largos sujetaban levemente su hombro para que voltease.

- ¿Qué ocurre mi querido amigo H...- habló hasta que el golpe seco del cuerpo de Harry contra el suyo causó que se quedé sin el aire suficiente para terminar esa frase, lo estaba abrazando, muy fuerte, ambos brazos rodeados a su cuello.

Tardó en reaccionar pero lentamente llevo sus manos hacia la cintura del menor, cruzando los dedos, como si no quisiese soltarse nunca, adoraba como parecía que ese lugar sólo estaba hecho para que pueda posar sus extremidades allí y aferrarse lo más que podía.

- Gracias, por todo. Por la noche en el faro, la hermosa tarde en el muelle, por el regalo, por ser paciente ante mi hostilidad al ocultar lo que ocurría, por entender mi situación con Amelia, gracias por ser tú.- Suspiró Harry al terminar la frase, se veía como si necesitaba decirlo.