[1] La hija del mar ➤ Kehlani Avery

xi. rituals

CHAPTER ELEVEN
RITUALS

❝Sera mejor que
te calles, bruja.❞

Había oscurecido ya cuando hicieron la invocación ante un agujero de seis metros de largo, junto al depósito de la fosa séptica. Era un depósito de color amarillo chillón y en un lado tenía una cara sonriente y unas letras rojas que decían: «FELICES VERTIDOS S.A.» lo que no encajaba demasiado con el ambiente de una invocación a los muertos, realmente.

Tyson sostenía a Kehlani por la chaqueta porque ya iban tres veces que casi se caía dentro de ese agujero profundo.

Había luna llena. Las nubes plateadas se deslizaban perezosamente por el cielo. Nada parecía suceder y Kehlani, como la buena persona inquieta que era, estaba comenzando a sentir la necesidad de moverse cada cinco minutos.

—Minos ya debería estar aquí —dijo Nico, frunciendo el ceño—. Es noche cerrada.

—Quizá se ha perdido —dijo Percy, esperanzado. La verdad es que la pelirroja opinaba de la misma forma, estaba segura de que a ninguno le daba buena espina Minos.

Nico empezó a derramar cerveza de raíces y arrojó carne asada en el interior de la fosa; luego entonó un cántico en griego antiguo. Los grillos enmudecieron en el acto. Kehlani lo observó con extrañeza, no dudaba que ese si era una especie de rito raro que el chico había aprendido sabe Merlín dónde.