Cita para el baile de invierno

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Ethan Davis, el nuevo paciente del hospital psiquiátrico de Derry, fue encerrado en el lugar después de un intento de suicidio y tener en su poder una cantidad enorme de pastillas alucinógenas, agreguemos a qué el chico que está lleno de alcohol

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Ethan Davis, el nuevo paciente del hospital psiquiátrico de Derry, fue encerrado en el lugar después de un intento de suicidio y tener en su poder una cantidad enorme de pastillas alucinógenas, agreguemos a qué el chico que está lleno de alcohol. Llegó a hacer estragos y eso lo noto Hope desde que piso el psiquiátrico; su aura misteriosa y alegremente drogada, hizo que la atención de la pelirroja fuese a él.

-Dime bonita, ¿Por qué estás aquí?- pregunto Ethan mientras miraba a los ojos a Hope y la ponía nerviosa por la mirada-

-Oh- aquella pregunta la dejo aturdida, ¿Por qué estaba ahí?- Yo... No lo sé- dijo en un susurro que demostraba su confusión respecto al tema

El pelinegro lo miro con una ceja alzada, demostrando la incredulidad que sentía.

-He escuchado algunas veces a las enfermeras mencionar un intento de suicidio, pero nadie me ha confirmado por completo lo que pasó- dice la joven aún aturdida, no esperaba esa pregunta y a decir verdad nunca se había cuestionado a sí misma que era lo que hacía ahí.

-Tenemos tantas cosas en común, deberíamos besarnos- expreso burlón el pelinegro.

-No me gustan los chicos- respondió en tono severo Hope.

-Pues a mí me gusta de todo, y tú eres lo mejor que encontraré en este lugar- dicho esto Ethan le guiño el ojo y se fue.

Hope miro como el alto joven se perdía de su vista mientras caminaba, hasta su manera de andar era tan despreocupada e interesante, por un momento Hope dudaba de su sexualidad con ese chico cerca, pero al recordar las caricias de Sarah esa confusión no duraba mucho.

...

Se acercaba el baile de invierno en Derry, aquel típico cliché americano que Hope odiaba con todo su ser, pero que, por el contrario Sarah amaba. Una persona hace todo por la persona que ama, y dispuesta a pasar una noche en el gimnasio de la escuela bailando y pasándola medianamente bien, Hope se convenció a sí misma de ir al dichoso baile de invierno.

Tenía todo planeado para pedir a Sarah que fuera su pareja en el baile, no estaba segura si aceptaría pero la esperanza es lo último que se perdía. Las flores favoritas de Sarah en una mano y en la otra una carta con su corazón escrito en ella.

Su cara paso de ser una enorme sonrisa a ser una mueca de tristeza pura, cuando vio que en la entrada de la puerta y de una manera tan cliché que de no ser por la tristeza Hope habría vomitado, Connor le pedía a Sarah que fuera su cita para el baile. Las lágrimas fueron retenidas, las flores botadas a la basura y la carta rota en mil pedazos.

...

En el almuerzo Hope era incapaz de verlos a ambos; por un lado se sentía traicionada por Connor y por otro se sentía triste porque Sarah había aceptado.

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