Pequeño

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- ....Mei yo... - Yuzu miró a su novia a los ojos, su vista poco a poco se iba poniendo borrosa, pues las lágrimas comenzaban a salir. Rápidamente se los frotó para eliminar las lágrimas, y apareció una grande sonrisa en su rostro - ¡Soy extremadamente feliz ahora!

Mei también le sonrió, acaban de dar un paso importante en su vida, a pesar de todo lo malo, todo eso era posible incluso para ellas, el querer pasar la vida entera juntas - Yo también soy feliz - Se sentó nuevamente junto a ella y le besó la mejilla.

El pequeño, que tenía poco menos de un año, miraba a la pareja con unos ojos curiosos, ya que no entendía lo que pasaba. Cuando Yuzu se dio cuenta no pudo evitar echarse a reír - Pequeño, acabas de presenciar algo súper importante en primera fila - le dijo sabiendo que no entendería de todos modos.

En su lugar, el niño empezó a cabecear, dando a entender que estaba agotado. Cuando Yuzu se dió cuenta de aquello, lo acomodó de modo a que su cabeza se apoyara en sus hombros, a Mei le pareció muy linda aquella acción, no pudo evitar sentir como su corazón se derretía al ver tanta ternura. Sin embargo, no había olvidado lo que había pasado hace unas horas.

- Que... ¿que pasará con el ahora? Esos ancianos se negaron rotundamente a tomarlo, incluso si eso fue lo último que su hija dejó atrás - su cara cambió a una preocupada cuando abordó el tema, pero también sentía rabia y enojo de solo pensar en ello y Yuzu lo sabía.

La rubia cerró los ojos pareciendo pensar en una solución, o más bien, tomar una decisión, se quedó en silencio por unos segundos hasta que finalmente pareció tener algo. Se levantó cuidadosamente para no despertar al pequeño y miró a Mei a los ojos - Tengo dos opciones. La primera es llevarlo a un orfanato para que una familia que lo quiera lo adopte, la segunda es... - dudó un poco al decirlo, pero no se retractó - Casarnos y tomarlo como nuestro hijo

Cuando Mei escuchó la primera propuesta se sorprendió, pero la segunda la dejó sin palabras. Sin embargo, Yuzu tenía razón, no tenían muchas opciones y si era sincera, tampoco quería que se lo llevarán, sabe que está siendo egoísta pero... ella nunca tuvo una figura materna, pero ese niño le enseñó que incluso sin eso, ella podía ser una madre.

Pero se dió cuenta de que Hotaro se merecía una familia normal, incluso si el era adoptado por ellas, eso sólo significaría peligro para el. Mei estaba indecisa, pues su mente y su corazón no se habían puesto de acuerdo.

- Yuzu... Me gustaría hablar de esto en casa, yo...- no acabó la oración porque Yuzu no la dejó terminar de hablar.

- No te preocupes, es una decisión difícil, lo entiendo completamente - se acercó a ella y le besó la frente - tomate tu tiempo - finalizó con una sonrisa comprensiva.

Yuzu sabía perfectamente lo que pasaba por la mente de su novia, después de todo ella pensaba en lo mismo. Minutos después llegaron Harumi y Matsuri con helado para todos y una vez todas terminaron, Yuzu las citó para una reunión más tarde.

...

- Yuzu, llevaré a Hotaro a su cuarto, no me tardo - dijo Mei con el niño en brazos.

- Está bien, puedes encargarte de él, solo pondré al día a las chicas, ya sabes - acarició su hombro - Tomate tu tiempo y piensa sobre ello, ¿si? - finalizó con una sonrisa comprensiva nuevamente.

Mei estaba agradecida de lo comprensiva que podía llegar a ser Yuzu, asintió y le dio un beso en la mejilla para dirigirse al cuarto del menor y arroparlo. Mientras tanto, Matsuri y Harumin estaban algo confundidas, no estaban al tanto de la decisión que la pareja quiere tomar y debido a Mei, quién estaba más callada y seria de lo normal se imaginaban que algo pasaba.

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