Todo Por Ella.

28.[√]

abro los ojos con pesadez y me muevo, siento algo caliente chocar contra mi rostro, abro un ojo de golpe Encontrándome con Allek, quien me está mirando.

Y el hace lo que menos esperaba:

Sonríe.

No es con burla, es una sonrisa genuina.

Siento que mi corazón se arruga, y como una ola de calor abraza mi cuerpo, siento el color carmesí subiendo a mis mejillas y yo me volteo para que el no me vea.

Le doy la espalda, y de inmediato siento su mano en mi cintura, me pega hacia él y siento su respiración en mi nuca y su corazón palpitando fuertemente.

—Buenos días.

Su voz es pastosa, lo miro por encima
de mi hombro y veo que tiene los ojos cerrados, sus largas pestañas pegadas a sus pómulos.

—¿Te gusta lo que ves?— Sus ojos se abren de repente, doy un respingo en la cama y volteo mi cara.

La puerta se abre.

—¡Jani, Cabezota!

Nataly y Noah entran, Allek se sienta.

—¡¿A quien llamas Cabezota, niña?!— Allek persigue a Nataly, quien da gritos y sale de la habitación, Allek la sigue.

Noah me mira y niega con la cabeza.

—Están locos.

Toqué mis piernas.

—Ven aquí, pequeño.

Él se acerca y entrecruza los brazos.

—No estoy pequeño, ya soy grande.

Sonreí.

—Seguiras siendo mi pequeñín. Ven aquí, dame un abrazo.

Él sonríe y me abraza y se sienta en mis piernas.

—¿Porqué Nataly le dice a tío Allek Cabezota?— pregunta él con el ceño fruncido.

—No lo sé. Es un apodo que le puso, creo que era porque la regañaba mucho.

—Nataly es linda.

Enarqué una ceja.

—¿El pequeño Noah está enamorado? Eso no lo ví venir.

Él se sonroja.

—No estoy enamorado, ella es bonita, igual que mis carritos.

Una carcajada brotó de mi garganta, Noah acababa de comparar a Nataly con sus carritos, si la rubia hubiera sabido hubiera golpeado al pequeño.

—¿Porqué te ríes?

—Por nada.

—Mhm... Ok.

Él se levanta y se va, me asomo y miro el suelo, Harry no está.

Salgo de la habitación luego de haberme cepillado, en la sala estan Helen, Liam, Hasley, Devan y Gary viendo una película, los demás están en la cocina.

Tratando de cocinar.

La cocina está hecha un desastre.

—¿Qué están... Haciendo?

Todos me miraron.

—Cocinar.

—Pues parece una pelea de comida, porque veo de todo menos algo decente para comer.

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—¡Jani, mira esta muñeca!— Nataly me lleva a donde está la muñeca en el mostrador.

—Está bonita.