Abro mis ojos con pesadez, frunzo mi ceño cuando veo que estoy en un lugar oscuro. Suelto un gemido de dolor cuando siento una punzada en mi cabeza.Trato de levantarme pero es en vano, ya que tengo los brazos y pies atados. Empiezo a moverme descontroladamente, ¿porqué estoy atada? ¿Qué pasó?
—¡¡Eleonor, Harry, Hallen!!
Miro a mis lados, asustada. El lugar donde estoy tiene un olor a tierra mojada y... Metal.
Vuelvo a gritar. Mi voz se rompe por la secadez.
Gimo de sorpresa cuando veo que solo llevo una bata que apenas y cubre mi cuerpo.
¿Porqué estoy así?
¿Me secuestraron?
Y como si el destino quisiera darme una respuesta, una puerta de hierro se abre.
Pero al ver a la persona que entró, siento como el mundo cae a mis pies.
—¿Q-qué? ¿Allek? ¿Porqué...? ¡Sácame! ¡¿Porqué estoy aquí?! ¿Dónde estoy?
Él se para frente a mi. Su rostro es neutro, no puedo descifrar ninguna emoción...
—Estamos en el sótano de mi casa, Jenny.
Frunzo mi ceño.
—¿Q-qué?
—Y estás aquí porque los chicos y yo descubrimos que eres un peligro para Danika.
Jadeo. ¿Pero qué...?
—¡¿Qué coño dices, Allek?! ¡¡No soy un peligro para nadie!! ¡Maldita sea! ¿Porqué piensan que soy un peligro? ¡Soy amiga de ustedes! Por dios.
—Todos lo decidimos.
Mis ojos estaban aguándose. No podía creer esto...
—¿Me estáis traicionando?
Él se encoje de hombros y se aleja un poco.
—Tómalo como tú quieras.
Jadeo.
—Al menos debiste contarme sobre Danika y que todavía la amabas. Así no me enamoraría de tí. Y tampoco me estuvieras pareciendo un idiota egoísta.
Él se detiene y me mira a los ojos.
—Seguiría siendo un idiota si te lo hubiera dicho antes.
—Al menos desátame. Estoy incómoda.
Él suspira, se acerca a mí y empieza a desatar mis brazos. Se agacha y tira las sogas a un lado.
Él me mira a los ojos. Su mano se levanta y cuando está a punto de tocar mi cara, cierro los ojos con fuerza.
Su mano se detiene. Nisiquiera ha tocado mi mejilla.
—¿Me tienes miedo?— preguntó. Casi sin aire — ¿Crees que sería capaz de al menos golpearte? No estoy siendo el mejor ahora mismo, Jenny. Pero nunca te golpearía. No soy tu padre.
Niego con la cabeza.
—Sólo... Vete. Por favor.
Él suspira de nuevo.
Acaricia mi mejilla, una lágrima cae.
—Lo siento, Jenny. Pero es lo mejor.
Me quedo callada y espero que él se vaya. Y cuando lo hace, un sollozo sale de mi garganta.
Antes ellos siempre velaban por mí, pero solo había que esperar a que llegara alguien para luego... Echarme de lado.
Pongo mis manos en mi cara y algunas lágrimas caen.
Luego de la traición de mis antiguas amigas, nunca creí que lloraría de nuevo por lo mismo. Siempre intentaba convencerme de que no dejaría que pasara de nuevo, pero aquí estoy...
Debí ser mas precavida y no dejar que las cosas pasaran así.
Dicen "Los errores te hacen más fuerte" pero, ¿Qué pasa cuando ya has hecho lo mismo dos veces?
Seco mis mejillas, acomodo mi cabello y bajo un poco la bata que tengo puesta.
Doy un pequeño salto cuando la puerta de hierro se abre de nuevo.
—Hola, Jenny.
Miro de dónde viene la voz y frunzo mi ceño cuando se trata de Carlos.
—¿Qué quieres?
—Ven conmigo.
Lo miro, como si le estuviera diciendo: "¿me estas tomando del pelo?" él parece que se da cuenta de que estoy atada de los pies.
—Oh, maldita sea. No sabía que estabas atada. — se acerca y empieza a desatarme los pies, jadeo cuando me arranca la soga y mi tobillo empieza a arder, el me mira con pena— lo siento.
Me encojo de hombros, él se levanta y me da la mano. Con piernas temblorosas me levanto y él me ayuda a mantenerme de pie.
Cuando pasamos por la cocina y no veo a nadie, mis hombros se relajan.
Llegamos a una habitación grande. Miro con el ceño fruncido a Carlos.
—¿Porqué estamos aquí? Esta no es mi habitación.
Él se sienta en una silla.
—Pues lo será desde ahora.
—Pero... Heaven y Black son buenas conmigo.
—No importa. Ellas pueden venir.
Hago una mueca cuando un dolor cruza mi espalda.
—¿Cúanto tiempo estuve allí? — pregunté.
—¿Te refieres a cúanto tiempo estuviste en el sótano? — asiento — Cuatro días.
Doy un pequeño salto, perpleja.
—¡¿Qué?! ¿Estuve cuatro días insconciente?
Él asiente.
—Sí. Harry iba a cada momento a verte. Pero Danika le decía que aun no ibas a despertar. Y él dejo de ir.
Siento impotencia.
¿Cómo se le ocurre decir eso? Ayudé a Danika.
—Jenny.
—¿Mhm?
—¿Porqué ayudaste a Danika?
Me tiré en la cama y mire el techo de mi nueva habitación.
—Primera regla de la manada, grupo o cómo se llame: Nunca mezclar lo personal con lo laboral. Lo que hacemos no es trabajo, pero no significa que no deba salvarla. Despues de todo es una de nosotras y dejar que muera cuando puedo salvarla sería una estupidez.
Él me mira con una ceja enarcada.
—Vaya, Jenny. Tienes razón.
Él se acerca a mí y se tira a mi lado también.
—Lamento si fuí duro contigo. Pero puedes contarme lo que sea, ¿ok? Si te parece bien, podemos ser amigos.
Yo sonrío.
—Está bien, Carlos.
—¿Qué sientes ahora mismo, Jenny?— preguntó.
Yo inhalé aire y lo solté de inmediato.
—Siento... Ira, mucha... Mucha molestia. Todo lo que siento en mi cuerpo ahora mismo es odio.
—Aún lo amas. Y te odias por ello.
Y lo peor es que tenía razón.
###
Bueno bueno, sí sé que estuvo un poco corto.
No me Extenderé hoy, estoy agotada. Me duele todo el cuerpo xd.
Ah, ya casi llegamos al final:c.
Un besito donde quieran,
Dėv.
ESTÁS LEYENDO
Todo Por Ella.
Misterio / SuspensoJenny es una chica que es adicta a los libros para poder escapar de su aburrida realidad. Al empezar su amor por la lectura, deseó con más ganas que le pasará algo emocionante en su vida. En una de sus noches de desvelo, Allek Coleman aparece en s...