¿Qué tipo de reacción tendría Yukio a diversas situaciones? ¿Qué sería de imaginar una situación en especifico con el ojiazul?
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🥀 10. 11. 2020 ~
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📍Based; Mito de Sakura & Yohiro
Existía un bello bosque, donde cientos de preciosos árboles crecían, desprendiendo preciosos y exquisitos aromas, volviéndose un respetado y casi un recinto sagrado, que incluso, los guerreros no se atrevían a perturbarlo con su presencia.
Ahí, en un claro, había un árbol joven pero poco agraciado, pues a diferencia de los bellos árboles que se alzaban a su alrededor, carecía de frondosas hojas o flores que adornaran sus ramas, volviéndolo opaco y algo común de entre todas las especies ahí presentes.
Una pequeña hada sintió su corazón ablandarse ante la imagen tan triste que se acerco a hablarle, alagando, motivando, sin embargo, aquel árbol estaba tan deprimido por la maldad que se azotaba al mundo que vivía en constantes guerras.
El hada, aún sin rendirse, le propuso un trato al joven árbol.
—El amor nos hace sentir compasión por otros, el amor y la compasión pueden hacer magia y la magia se cultivara en tu corazón, por eso, a partir de hoy y durante veinte años, vivirás en forma humana y de árbol —habló el hada, sentada en una de sus ramas—, busca la belleza de lo simple, vive, siente, ama, busca aquello que te haga feliz
—¿Y después de veinte años, que sucederá?
—No podrás ser humano nunca más, volverás a tu forma de árbol —respondió sin más
El árbol aceptó más por curiosidad que por querer hacerlo, así que prontamente gano una bella forma humana, de piel pálida, acompañado de unos preciosos ojos azules que no le hacían competencia al mar azul o a un cielo estrellado, unos delgados y finos labios rosados, junto a una esbelta figura masculina.
Y así empezó a vagar por los alrededores, conociendo y aprendiendo sobre los humanos, sin embargo, no pudo encontrar lo que el hada le había hablado, en su defecto, encontró tristeza, hambruna, guerra, odio, envidia, dolor, sufrimiento y cientos de palabras y sentimientos afines, por lo que, sentía que poco valía estar ahí, volviendo muchas veces, resignado a su lugar en el claro del bosque, volviéndose árbol por varios días, sin lograr superar la tristeza que le inundaba.
Casi sin darse cuenta, así, pasaron dieciocho años, casi, rozando los diecinueve.
Era un día más, por lo que Yukio, nombre que había adoptado tras tantos años, vagaba por el bosque, perdiendo el tiempo.
Cuando reconoció los gritos desesperados de una joven, quién clamaba por ayuda desesperadamente.
Intrigado corrió en dirección de donde provenían los gritos, encontrándose una escena bastante desagradable, la mujer que pedía ayuda era sometida por un tipo que recorría sus manos descaradamente por el cuerpo de la joven, amenazándola con una espada en el cuello.
