❄ V A L E N T I N E ' S ❄

349 29 4
                                    

✒Especial San Valentín
✒Recomendado leer con Marry Your Daughter

Yukio se encontraba nervioso, pocas eran las veces que se sentía así, sus manos sudaban y aquello le ponía cada vez más nervioso

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Yukio se encontraba nervioso, pocas eran las veces que se sentía así, sus manos sudaban y aquello le ponía cada vez más nervioso.

Rin se acercó a él, tratando de reconfortarlo.

—Tranquilo —sonrió, golpeando su hombro

—¿Y sí se arrepintió? —susurró, ahogando un jadeo de terror

Su gemelo rió, apretando su hombro.

—Entonces, ¿por qué ____ acaba de entrar?

Aquello fue suficiente para que su mirada se dirigiera a la entrada de aquel salón, sus ojos se iluminaron, y casi por un segundo pudo sentir como todo su nerviosismo se esfumaba, y cómo no, eras la novia más hermosa que sus ojos habían visto, aquel vestido, tus manos apoyadas en aquel ramo de flores de todos los tonos blancos posibles y la sonrisa que le diste, era lo mejor que podía tranquilizarlo.

A cada paso que dabas, aumentado con el eco, los recuerdos le golpeaban como flashes.

El primer día que te vio, caminando entre la academia, sonriendo, incluso le sonreíste, para continuar haciendo tus labores.

Sus primeras palabras, cuando chocaron por accidente tras un simulacro, ambos riéndose de su torpeza. Presentándose, para terminar comiendo juntos.

Su primera cita, caminando por las alegres calles de Japón, cubiertas por nieve, vestías un gorro café conjugado con un abrigo del mismo tono, tomaron chocolate caliente, riendo y platicando cosas aleatorias. Él vestía una bufanda roja, a juego con un abrigo negro, reflejo de elegancia.

Caminando juntaron sus manos cubiertas por un par de guantes, sonriendose el uno al otro, terminando en un parque, jugando con la fría nieve y mojando sus abrigos.

Su primer beso, después de secar su ropa, tú con una de sus pijamas, sentada en la mesa, tomando una buena taza de café, mirando aquellos ojos de color azul verdoso, sus alientos entrelazándose, tus manos tocando sus rosas mejillas, para cerrar sus ojos y unir sus labios torpemente, con un pequeño roce, consumado en un beso tierno.

Cuando se presentaron sus familias, listos para anunciar un paso más allá en su relación, ambos estaban nerviosos, pero enterraban cada miedo a cada apretón que sus manos se daban.

—Nos casaremos —sonreíste, apretando su mano

—Claro, sí ustedes están de acuerdo —aclaró, respondiendo tu apretón, su gemelo y tus padres se miraron entre sí, sonriendo

—Esa es su decisión, nosotros la apoyaremos

Sonrieron, para cenar entre risas.

También alcanzó a escuchar la primera conversación que tuvo con tu padre.

—Sé que la haces muy feliz —habló tu padre—, y espero que lo sigas haciendo

—Me casaré con su hija, la amaré y cuidaré como usted hizo, se lo prometo

—Yukio, cuida de ella —sonrió tu padre—, a ella prometele eso, no a mí, te casarás con ella, no conmigo

Asintió, recibiendo el apretón que le dio tu padre, para después marcharse.

Caminabas firme y sonriente, sus manos apenas alcanzaron a rozarse, para traerlo de vuelta a ese momento donde habían decidido unir sus vidas de una manera mucho más formal.

—¿Aceptas a Yukio cómo tu esposo?

—Lo aceptó —acortaste, mirándole a los ojos, incluso acariciando su mejilla para darle un beso que consumaba aquella ceremonia

Entrelazaron sus manos, dirigiéndose a su recepción. Una tarde repleta de diversión, felicidad y alegría.

La noche cayó pronto, y que mejor que sellarla con un vals, algo sencillo y elegante.

Se saludaron, su mano fue a tu cadera y la otra, a tu mano, por tu parte tu mano fue a su hombro, y apretándole en su mano libre.

Sus pies danzaron el uno con el otro, adelante, atrás y con giros en el aire, sus ojos no se perdieron en algo que no fuera la mirada del contrario, es cómo si en ellos pudieran algo que el resto no podía, tal vez amor, tal vez diversión, emociones, pero, nadie era capaz de percibirlo como el uno con el otro.

—Te amo, ____ —susurro, cuando sus narices se rozaron a mitad del baile

—Te amo, Yukio —respondiste, acortando el pequeño espacio que les dividia, uniendo sus labios en un beso tierno y cargado de emociones, definidas con una palabra.

Amor.

No se preocupen si no pasan con nadie este día, al menos esta escritora les trajo algo con que pasarlo 👀💞

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No se preocupen si no pasan con nadie este día, al menos esta escritora les trajo algo con que pasarlo 👀💞

-Seok

ᴏɴᴇ sʜᴏᴛs | ʏᴜᴋɪᴏ ᴏᴋᴜᴍᴜʀᴀDonde viven las historias. Descúbrelo ahora