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Tᴇ́ Rᴏᴊᴏ Cᴏɴ Cᴀɴᴇʟᴀ
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27 de julio de 2021

Suelto otro grito cuando siento el choque eléctrico atravesar todo mi cuerpo, el ardor en mi espalda ya se vuelve insoportable. Toma unos segundos que mi cuerpo deje de dar espasmos, dejo caer mi cabeza en señal de cansancio.

- Así que... ¿Duele mucho? - Escucho como Dedrick murmura a unos metros de mí.

Es un idiota. Desde alrededor de cinco horas, o lo que creo que fue ese tiempo, me están torturando con un arma de corte eléctrico, me bañan en agua fría cada veinte choques, mientras Dedrick está atado y sin sufrir nada, como el primer día que llegamos aquí.

Otro grito. Otro electrochoque. Y así sucesivamente por lo que se siente infinito. Ya no siento la mitad inferior de mi cuerpo, todo me tiembla de una manera incontrolable.

- ¡Paren ya! ¡Por favor! ¡No lo soporto! – Empiezo a llorar más fuerte que antes – No puedo... Por favor. – Sollozo de manera más débil.

- Cállate. – Es lo único que dice el hombre calvo que me tortura. Repite la misma palabra cada vez que me quejo.

El cabello mojado me cubre la cara, me encuentro encorvada y en sostén. El traje del hospital que llevaba puesto el día del secuestro ahora se encuentra despedazado, me retiraron la camisa haciendo más fácil el generar quemaduras en mi piel. Estoy encadenada de manos y pies a una silla frágil de madera.

Escucho como la puerta de la habitacion oscura se abre, el simple sonido de los tacones chocar con el piso me indican que es la asiática quien entro. Empujo la cabeza hacia atrás para retirar el cabello y poder mirarla como si todo lo que me han hecho no me causara nada; sin embargo, la mujer se dirige en una dirección opuesta, me ignora olímpicamente.

- ¿Cómo estás, Drecky? – Camina alrededor del pelirrojo mientras soba su cuerpo - ¿Estas sufriendo? ¿Quieres algo de tomar o beber? – Dice irónica en voz suave y chillona - ¿Nada?

- Sabes que nunca me niego a un buen té de hinojo, Akira – Contesta Dedrick como si estuviéramos en una cafetería comiendo pan caliente. Idiota.

- Que mal gusto que tienes Darling, un té rojo con algo de canela sería más refrescante en este momento. – Guiña un ojo en broma y da dos palmadas en su abdomen descubierto.

- Si me vas a dar un té rojo por lo menos añádele menta, no canela. ¿Acaso esto es una tortura?

Los dos se giran a verme al mismo tiempo apenas el pelirrojo dice eso, yo solo sonrió de lado. Advierto como algo de sangre cae por mi mentón cuando hago ese gesto.

- Tranquilos que yo la paso de bomba aquí, eh. No se preocupen por mí, hijos de puta.

- Agh, tan amable como el día que en te conocí. – Hace un puchero – Que gran chica la que te conseguiste, toda una shéng... ¿Cómo se dice en español? – Se queda quieta como si se esforzara en pensar - ¡Santa! ¡Eso es! Todo una santa. – Pasa la lengua por sus dientes superiores – Lastima que no soporte tanto como tú, Drecky. – Chasquea los dedos y sigue caminando – Bueno, sabes cual es la forma de acabar con su tratamiento de belleza. Recuerda que después de unos cuantos más electrochoques, la piel empieza a oler mal – Dice esto último entonando cada palabra como si estuviera cantando.

- No vas a conseguir nada con esto. Estas torturando a una desconocida en toda su palabra. – Aclara Dedrick sin gesto alguno.

- Wow, mira tú. Y yo pensando que de seguro era un nuevo romance. – La asiática me mira interesada.

Destinado por SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora