CAPÍTULO 9 - CASA CLUB

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Nos alejamos un poco de los chicos y por fin hablé.

— Tengo que contarte algo — ella me miró — Sé que no es el momento, pero aún estoy asustada — dije un poco desesperada.

— Claro di...

— ¡No me encanta ser su portero privado! ¿Qué no se podrían tardar más? — dijo Richie dando vueltas en su bicicleta haciendo irritar a todos.

— Oh, cierra la boca, Richie.

— Sí, ¡Ya cállate, Richie!.

— Ah bueno, sigan callándome, entiendo. ¡Yo no fui el que limpió el baño, imaginando que su lavabo pasó por la vagina de la mamá de Eddie en Halloween! — reprimí una risa ya que todos estaban serios.

De la nada y los chicos pararon en seco.

— No lo imaginó... — Bill hizo una pausa — Y-yo...yo, t-también vi algo.

— ¿Viste sangre? — comprendí de que hablaban.

— Sangre no... Yo vi a G-G-Geo-Georgie, se veía muy real, de verdad, era tan
parecido, pero con este...

— Payaso... — completamos Eddie y yo al unísono — Yo también lo vi — todos comenzaron a asentir haciendo entender que no fuimos los únicos.

— Me hizo la herida en mi pierna, pero vi a mi madre, me volvió a enseñar el accidente que tuvo.

— Cuando todos se fueron a dormir, creí que lo había imaginado — dijo Boris con la voz temblorosa.

— Solo... ¿Los vírgenes ven esa cosa? ¿Por eso yo no lo he encontrado? — miramos mal al de lentes.

Hubo un silencio incómodo. En eso vimos el auto de Belch. Escuché gritos y risas.

— Rayos, es el auto de Belch Huggins, tenemos que irnos de aquí.

— ¿No es del niño que estudia en su casa? — vimos una bicicleta tirada al lado del automóvil.

— Sí, es la bici de Mike.

— ¿Lo ayudamos?.

— ¿En serio?.

— ¡Sí! — dije y todos soltaron sus bicicletas excepto Stan que puso un seguro y fuimos corriendo.

Llegamos y vimos a Henry intentando darle con una piedra a un chico moreno. Se veía tan enojado y sus amigos los apoyaban como si se tratase de un juego.

Beverly tiró una piedra que le llegó justo en su frente y todos agarraron piedras dispuestos a tirarlos.

— Que tiro — habló Stan sorprendido.

— Gracias — respondió la pelirroja.

— Se esfuerzan demasiado, perdedores, lo hará con ustedes. Pídanselo amablemente, igual que yo... — Henry se refirió a Beverly tocándose su parte íntima.

Eso fue demasiado incómodo y asqueroso.

—  Y yo ¿No, ______? Se sintió tan bien... Simplemente no me resistí ¿Qué tal lo hago? — Víctor hizo lo mismo refiriéndose a mí.

Henry nos miró a ambos y apretó los puños tensando la mandíbula. Abrí los ojos como platos, todo era una mentira.

— ______, ven aquí — insistió Henry y negué — No volveré a repetir, ven aquí — intento acercarse, pero Ben gritó y tiró una piedra. Todos lo miraron mal.

— ¡¡Guerra de Rocas!! — dijo Richie y le llegó la primera piedra.

— ¡Púdranse, idiotas! — dijo Boris.

Solo Un Camino... Gemelos TozierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora