El secuestró

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Capitulo 8

-No puedo creerlo - dice mi madre asombrada, cuando le conté todo lo que pasó con el desquiciado y añadió- sabía que era un mierda por dejarte plantada, pero de ahí a ser un degenerado hay mucho tramo.
-Ya vez mamá, al parecer el conoce a Will, me dio un miedo terrible - dije, y añadí - si no hubiera puesto en práctica la defensa personal que me enseñó papá no la hubiera contado, quien sabe lo que me habría hecho ese loco.

Quiero contarle a mamá que estoy embarazada, pero aún no creo que es el momento, quiero que sea algo especial cuando le diga, además de que sería bonito juntar también a los padres de Will.
-Y cómo estás con todo esto hija - dice mi madre, sacándome de mis pensamientos.

-Bueno, ahora pongo seguro a todas las puertas y reviso cada rincón de la casa - dije, puede que tenga que hablar esto con alguien, pero nunca he creído en la terapia así que no se si valla con un psicólogo - Will no me deja salir sola a ningún lado y ya estoy cansada de estar en la casa, me hace falta ir al trabajo - añadí.

-Aún no tienen fecha para la boda - inquiere mi padre

-Aún no Pa, pero pronto elegiremos una fecha - dije, " tendría que ser pronto porque la panza no podré ocultarla por mucho tiempo" dije para mí misma.

Después de una tarde con mis padres Will paso por mi, me sentía como una inútil porque el no me dejaba ir a ningún lado sola, por un lado lo entendía, pero por el otro ya estaba harta.
-Mañana vuelvo al trabajo - dije, ya había pasado la semana que me había dado santa por el ataque y yo también estaba lista para volver, - puedo irme en el carro - añadí, porque sabía que no iba a querer que me fuera a pie.

-Yo puedo llevarte - dijo, y añadió - no quiero que les pase nada a ninguno de los dos, aunque sigo pensando que sería bueno que no siguieras con el trabajo, sabes que yo puedo darte todo lo que quieras- ya habíamos tenido está conversación, recuerdo haberme negado a dejar de trabajar, a mí me encanta mi trabajo y además me gusta ganarme lo mío sin depender de nadie.

-Sabes que no voy a dejar de trabajar - dije, en tono firmé y añadí- puedo trabajar y cuidar a mi bebé, como muchas mujeres lo hacen todos los días y bueno lo del Psicópata pronto lo atraparán y ya no tendremos el temor de que pueda aparecer en algún momento.

-Vas a ir en el carro - dijo en tono de derrota, el sabía que era una conversación que no ganaría.

-Claro amor, y te llamaré en cuanto llegué - sonreí y le di un beso en el cachete, se veía tan sexy cuando conducía y me miraba de soslayo, estaba para comérselo.
Al llegar a casa tomé un baño relajante. Pedimos a domicilio para la cena, porque no tenía ganas de cocinar, nos debatimos entre sushi y pollo, el pollo ganó ya que según Will el pescado tenía mercurio y esto dañaría al bebé, el había investigado bastante al parecer, también me prohibió comer huevos blanditos como me gustan porque podía darme salmonella, era un poco cansado, pero lindo a la vez.
No había tenido ningún síntoma de el embarazo y le agradecía a Dios por eso, los vómitos, mareos y náuseas no eran algo que quisiera experimentar. Estaba muy emocionada por tener un bebé y según Will me veía rebosante de felicidad, y así me sentía solo me faltaba volver al trabajo para estar completamente feliz.
Fui hasta Will que estaba leyendo una revista de arquitectura, me senté en sus piernas de cara a él y lo besé, él me tomo por la cintura y profundizó el besó, nuestras lenguas eran espadas que batían un duelo ardiente. Después de quién sabe cuánto tiempo paramos para recuperar el aliento. era poético el magnetismo que nos atraía y entre besos nos desnudamos, su manera de tocarme tendría que ser ilegal.

ERIKA LA CÍNICA© ( En Edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora