⊱Capítulo 2⊰

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Ya era la hora del receso, ambos chicos estaban sentados en el césped del patio escuchando música, Jungkook tenía un auricular en el la oreja izquiera y Jimin en la derecha, escuchaban una de sus canciones favoritas «There for you--Martin Garrix y Troyen Sirvan» una canción tan bonita y significativa.

Mientras escuchaban la canción el castaño comenzó a observar lo lindo que era el rubio, los rayos de sol hacían un contraste estupendo con su cara de ángel, se veía tan concentrado en apreciar la canción y movía su cabeza de arriba hacía abajo levemente.

Precioso~, pensó Jungkook.

De repente Jimin se encontró con la mirada del mayor, eso hizo que sus mejillas se tiñeran de un color carmesí levemente, le daba un poco de vergüenza que el castaño lo observara de esa manera.

--Eres muy lindo minnie--sonrió formando esa típica sonrisa de conejito que tanto adoraba el menor--.

El pequeño sonrió y se paro del suelo para poder ir hacía su mochila, sacó de esta un pequeño cuaderno de color violeta junto con un lápiz. Abrió la libreta y comenzó a escribir algo.

Jungkook hacía el intento de ver pero la pequeña mano de Jimin se lo impedía, al final el rubio sonrió y mostró lo escrito "Tu también eres lindo Jungkookie" a lado del escrito se encontraba el dibujo de un conejito. El azabache sonrió enternecido.

El castaño revolvió los cabellos de Jimin y se paro del suelo, el menor imitó su acción y sonrió mientras tomaba la mano de Jungkook para guiarlo adentro del instituto.

El mayor no puso presión y solo se dejó guiar por el pequeño chico.

.

.

Ya era la hora de volver a casa, del edificio salían miles de estudiantes agotados por las clases, solo querían llegar a casa y descansar.

Jimin estaba caminando directo hacía su parque favorito para leer un rato, había avisado a su madre para no preocuparla. Aunque Jungkook quiso acompañarlo le dijo que tenía que llegar a su casa rápido porque en unas horas sus tías vendrían a cenar y su madre necesitaba de su ayuda.                                                                                                                                                                      Recordaba el puchero que hizo por no poder acompañarlo, así que le dio un beso en la mejilla y una cálida sonrisa para que supiera que estaría bien.

Cuando llegó al parque se sentó en una de las bancas, le gustaba escuchar el sonido de las aves y a los niños reír y jugar en los juegos; la brisa era refrescante al igual que la sombra.

Se dispuso a comenzar a leer para aprovechar el tiempo, no quería llegar tarde a casa.

Estuvo ahí por una media hora, decidió que era momento de ir de una vez a casa, estaba apunto de avanzar pero una voz femenina lo detuvo.

--¡Jimin!--el pequeño volteó atrás y vio a una chica castaña, vestía un bonito overol de color morado junto con unos tenis del mismo color, era Yuna su vecina, venía en bicicleta--Hola Jimin--saludó la chica una vez que bajo de su bicicleta--hace tiempo que no nos veíamos.

El rubio escribió en la parte de atrás del libro "Hola Yuna, me alegra verte".

--A mi también--rio--estuve muy ocupada preparando la llegada de mi prima, Somi, ¿la recuerdas no?--el chico asintió con una pequeña mueca--lo se, a mi tampoco me cae bien, pero que puedo hacer...es mi prima. No importa ¿Cómo has estado?.

Jimin hizo con su manita un puño y levantó su dedo pulgar.

Siguieron un rato más en el parque, Yuna contaba las cosas locas que le habían pasado, Jimin escuchaba atento a todos los relatos de su vecina y de vez en cuando escribía cosas en su libro para dar un respuesta.

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No me odien, se le quiere mucho a Somi 😔💗

✿Mudo✿{kookmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora