Extra [√]

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Allen.

Nunca me había gustado salir, siempre prefería quedarme en casa leyendo.

Mamá me pedía que saliera con ellos al parque, pero siempre me negaba así que por ello dejó de decirme.

Entonces, no sé porqué invité a salir a una chica que nisiquiera sabía si me gustaba.

Quedamos en ir a la cafetería a la que había ido desde hace años, todos me conocían allí, sentía algo extraño en mi pecho y no sé si eran nervios o otra cosa.

Dejo el celular de lado y pongo una mano en mi cabeza soltando un suspiro. Estaba sudando.

—¡Hola!

Me incorporo inmediatamente cuando Destiny entra en la habitación. Ella viene con una bandeja y ésta trae unas manzanas, galletas, jugo natural y una sopa.

Ella viene con una sonrisa en su cara y se tira a mi lado.

—¿Qué tal? ¿Porqué estas sudando tanto? Hay frío.

Ella toca mi cuello enviando una descarga eléctrica a todo mi cuerpo.

—No lo sé.

Ella pone mala cara.

—¿Qué tienes?

—Es que... —Ella asiente para que el diga diciendo mientras empieza a beber del jugo natural— Invité a una chica a salir.

Ella escupe el jugo de naranja en mi cara. Hago una mueca de asco y me levanto de la cama para lavarme en el baño.

Ella me sigue.

—¡Oh, ya entiendo! ¡Estás nervioso!

Me encojo de hombros mientras pongo jabón en mis manos.

—No lo sé, nisiquiera sé si me gusta.

Ella me pone mala cara de nuevo mientras pone sus manos en las caderas.

—No vengas con idioteces, Allen. Si la invitaste es porque te gusta.

—Es que no estoy seguro de mis sentimientos— hablé, estaba empezando a incomodarme. No me gustaba hablar sobre... Sentimientos.

—Pero, a ver, que la hayas invitado a una cita no significa que se vayan a casar. Es conocerse poco a poco, ella lo entenderá.

Suspiro.

—Eso espero.

Ella aplaude.

—¡Genial! ¡Ahora comamos, me muero de hambre!— sale del baño corriendo.

Se tira en la cama, agarra una manzana y le da una enorme mordida. Sus mejillas se llenan al tiempo en el que ella mira la habitación.

—Allen...

Agarré la manzana.

—¿Mhmm?

Ella empieza a juguetear con sus dedos en un gesto nervioso.

—Tengo que decirte algo.

—Cuéntame.

—Hace casi un mes cuando fuí a la farmacia para buscar mis... Eh... Bueno, Toallas sanitarias, había un chico hermoso en la fila — le doy una sonrisa ladina.

—¿Y qué pasó? ¿Hablasteis?

Ella asiente con timidez.

—Quería darme el puesto de él, pero me dio pena que viera las toallas y me negué, hasta que... Él me preguntó si las usaba con o sin alitas — ella se sonroja mientras yo me ahogo de la risa con la manzana.

Todo Por Ella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora