107 10 0
                                    

Sus besos, sus ojos, su pelo, todo de él en ese momento era mío. Sus gruñidos de placer eran tan excitantes que yo no podía evitar morderme el labio inferior al escucharlos, en el momento en el que paramos oímos voces fuera del baño. Lo miré, estaba pálido, nos vestimos a toda velocidad y, cuando las voces se alejaron, nosotros nos separamos: primero salí yo y luego él.

- Si alguien pregunta: esto nunca pasó. - lo miré confusa, ¿será que oí mal lo que dijo? Sus ojos me miraban fijamente y mi cara de incredulidad no debía pasar desapercibida para él - Mira, Tn, sé que ambos queremos esto y que también queremos que funcione, pero mírame: soy completamente inestable.

- ¿Inestable? ¡¿Inestable?! ¡Es mucho más fácil decirme eso que hacer cargo de conciencia porque no te ha costado nada olvidar a Fuyuka! No es que seas inestable, es que ella te sigue importando. - le solté una bofetada, él se quedó quieto y sin palabras, me miraba con sorpresa - Te lo dije, yo no pienso ser la segunda opción de nadie, por muy enamorada que esté de ti.

- ¡Tn, ven aquí! - salí corriendo del centro de entrenamiento, ya me daba igual lo que él quisiera, yo jamás voy a consentir que alguien me ate a sí mismo y que me deje sufriendo o sintiéndome menos.

- ¡No quiero, idiota! - perdí su voz al cruzar la calle, solo quería irme a casa - ¿Dónde estoy? - mi mente decía querer volver a casa, pero mis pies me llevaron a ese parque donde lo vi borracho, apareció en mi cara una sonrisita involuntaria.

Quizás fuese por el cansancio de correr, o porque quería volver a sentirme a su lado, pero me senté en el banco que estaba en medio del parque. No tardé mucho en oír unos pasos que se acercaban primero corriendo, luego más despacio; giré la cabeza, su pelo estaba desordenado y había lágrimas cayendo por su cara.

- No quiero que seas mi segunda opción, siempre has sido la primera... - se acercó a mi sitio, se arrodilló frente a mí, y tendió una de sus manos para tocar mi mejilla - Se dice que la gente busca en otras personas lo que le falta, yo busqué durante años alguien que me diera la bondad que necesitaba y la encontré en ti; pero cuando te fuiste... Cuando te fuiste perdí nuevamente ese cariño que me habías dado, intenté buscarlo, te juro que lo intenté, pero no pude jamás encontrar lo mismo.

- Akiou, yo... - me miró con ternura, llevó su dedo índice a mis labios en señal de que hiciera silencio, dibujó una sonrisa triste en sus labios y finalmente abrió la boca para decir otra cosa.

- Te quiero, te quiero a ti. - subió lentamente hasta quedar cara a cara conmigo, sonrió con un poco más de confianza en sí mismo, yo creí que volaba, mi corazón iba a mil por hora y quería sonreír como una adolescente leyendo un fic de su personaje favorito - No quiero a Fuyuka, no quiero a otra chica, no quiero a nadie que no seas tú.

- Yo también te quiero, Akiou, y tampoco quiero a otro chico que no seas tú. - me besó, sus labios no se separaban de los míos, era un beso tierno y dulce... Y lo mejor, era con él - Pareces un... corderito.

- No lo has dicho - sus manos llegaron a mi cintura y empezaron a hacer piquetes: me estaba haciendo cosquillas. No pude parar de reír, estuvimos así un buen rato y fue el mejor momento de mi vida.

Por siempre tú {Akiou Fudou x Tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora