La historia de Alan Valverde

14. El bibliotecario Parte II

Este cap va dedicado a una de las personitas que más quiero y más apoyo me da, con amor, para: My_green_world

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¿Entonces se fue sin avisar?

Alan no podía creer lo que escuchaba.

- Así es, sin decir nada, siempre fue un viejo raro, chismoso, y con muchos secretos.

- Lo de chismoso es cierto- Mía había sido el blanco del señor.

- Sí bueno, pues es algo que él jamás haría, lo conozco.

- ¿Seguro?

La señora preguntó de manera espontánea.

- Yo-

Alan no podía afirmar eso.

- Alan, creo que es mejor que te quedes callado.

-Esteban tiene razón.

De nuevo Esteban y Mía de acuerdo.

Alan solo accedió.

- Lo único que dejo, fue una nota con su dirección.

- Démela- Alan extendió la mano- Oh, por favor, ¿podría dármela?

- Sí claro, ya vengo.

La señora salió de la sala y se dirigió a la cocina.

Luego de unos minutos regreso con un papel en la mano.

- Ten, y ahora váyanse, tengo que seguir tejiendo y escuchar música de Queen.

- Sí claro, perdone la molestia, chicos vámonos.

Los tres salieron de la casa al mismo tiempo.

- ¿Alguien sabe dónde queda esto?

- Alan, eso queda a pocas cuadras, pero, es un barrio solitario y sin muchas viviendas, dicen que está embrujado.

- Ay por Dios Esteban, no te vas a creer eso.

- Mía tiene razón.

- ¿Me están diciendo miedoso?

Esteban estaba indignado.

- Mejor llévanos hacia allá.

Dicho esto, Esteban guio a los chicos hacia dicho barrio.

Durante todo el recorrido alguien los fue observando y siguiendo.

.

- Les dije, hasta la entrada causa algo - Esteban estaba disgustado.

- Ya cálmate, solo serán unos minutos, falta poco para que anochezca eso no es bueno.

- ¿Cuál es el número de la casa? - Preguntó Mía.

- 16 - Dijo Alan

- ¿Y si nos vamos?

- ¡Ya Esteban!

Mía y Alan gritaron al unísono.

- Vale vale, tranquilos.

Los 3 chicos empezaron a caminar entre las casas, las cuales parecían estar abandonadas, todas tenía un aspecto tétrico, de hecho de una de esas casa salieron volando 6 cuervos.

Alan podía notar el miedo de Esteban y la incomodidad de Mía, mientras pensaba la razón por la que Esteban y Mía se habían vuelto tan cercanos, su visión se empezó a nublar, seguido de esto, sintió pulsadas en su pecho.