6. El regreso

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Coches, Luces, bocinas, destellos, gritos, frenadas. Todo fue muy rápido.

- ¡Mía! ¿Estás bien? - Alan estaba realmente exaltado, Mía estaba en el suelo.

-Sí, o eso creo- La chica apenas podía abrir los ojos.

Tenían 3 coches detrás de ellos, uno totalmente normal, y otros como para el presidente.

- ¡Mía!, Hija, ¿estás bien? - Un señor acababa de bajar del carro que casi los atropella, era el padre de Mía.

-Padre, volviste- La chica se levantó lo más rápido que pudo y abrazo a su padre.

- ¿Qué haces fuera a estas horas? Y encima lejos del camino de casa- El señor Masson estaba realmente alterado.

-mierda- pensó Alan, se habían desviado por culpa de aquel extraño.

-Un momento- Alan se dio la vuelta mirando hacia donde se suponía que debía estar aquel extraño, pero no ya no estaba.

-Y tú, ¿Qué hacías con mi hija por estos lados? - El señor Masson empezó a caminar hacia Alan con una mirada no muy amigable.

-Oh, yo, eh, - Nervios, eso era Alan en ese momento.

-Padre tranquilo, hemos salido, tengo permiso de mi madre- Mía rápidamente explicó.

-Han salido, ¿y en qué plan exactamente? - El padre de Mía estaba realmente interesado en saberlo todo.

-Una salida de-

-Una cita- Alan no dejo que Mía concluyera la frase.

- ¿Cita? - Lamentablemente Mía dijo su pensamiento. -Oh sí, una cita padre- Agrego rápidamente para remendar su error.

-Cita, ¿Están saliendo?- El señor estaba desconcertado.

Antes de que estos pudieran decir algo, de los demás coches salieron personas con trajes negro. Estás venían directo a donde estaban Alan, Mía, y el señor Masson.

-No pasa nada- El señor Masson aviso poniendo la mano en alto.

- ¿Quiénes son ellos padre? - Mía pregunto al ver a esas personas.

-Son nuestros nuevos empleados- El señor Masson empezó a caminar hacia su coche. -Uno será tu guardaespaldas, otro nuestro chofer, otros dos los guardaespaldas de Tu madre y yo, y, por último, los tres que vigilaran la casa- Concreto el padre.

- ¡¿Qué?!- Mía estaba perpleja ante lo que había dicho su padre.

-Necesitamos seguridad, necesitas seguridad- Dicho eso, el padre abrió la puerta trasera de su coche, señalándole a Mía que entrara.

Mía tomo de la mano a Alan y fue con su padre, ella se montó al coche, pero, Alan no pudo.

-Tú no, ellos te llevarán a tu casa- El señor Masson dijo, mientras tenía la mano en el pecho de Alan, impidiendo que entrara junto con Mía.

-Pero padre- Mía no iba a permitir eso.

-Nada, ellos lo llevaran y se acabó, vamos a casa- Inmediatamente termino de hablar, el señor hecho hacia atrás a Alan y cerró la puerta del coche.

-Llévenlo a su casa- Ordenó el señor a 2 de los hombres con traje negro.

- ¡PADRE! - Mía había abierto la ventana del coche.

-Estaré bien, es mejor que ellos me lleven a que me vaya caminando- Alan dijo para calmarla.

-Está bien- Mía acepto y volvió a cerrar la ventana del coche.

La historia de Alan ValverdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora