13. El bibliotecario Parte I

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Tal vez nuestra vida tiene variedad de caminos, variedad de personas, variedad de sentimientos, y variedad de enfermedades.

Tal vez todo se pudo haber evitado, o no, tanto el destino como las casualidades son inciertas, un día puedes ir normal por la calle, y otro ser atropellado, un día puedes estar sano, y otro estar al borde de la muerte.

Tal vez fui el verdadero villano, o tal vez cómplice, sin siquiera darme cuenta.

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~~Alan~~

- Está bien, allá nos vemos, los quiero- Alan acaba de terminar de hablar con Mía y Esteban acerca del señor Roster y que hacer.

La madre de Alan se había notado rara toda la mañana, al parecer estaba esperando algo, o a alguien.

- Madre, ¿Segura que estás bien?

-Claro que lo estoy hijo, no es nada.

-Está bien, te creo, por cierto, no estaré en toda la tarde, saldré con Mía y Esteban.

- Sí claro, tú no te preocupes.

Alan volvió a su habitación, eran eso de las 11 de la mañana, y en 3 horas se vería con Mía y Esteban en la biblioteca.

Volviendo a la realidad, Alan había hecho una investigación sobre aquellos análisis, pero no había información concreta, si todo eso se relacionaba con su madre, era obvio que ella le ocultaba algo.

Y respecto al extraño, nada nuevo en los últimos días, y eso era muy raro.

Alan estaba tan concentrado en esas cosas, que no se había preguntado ¿Por qué no tenía sus análisis médicos aún? ¿Por qué no estaba tan mal como hace 2 días?

Como si el universo lo escuchará, Alan pudo oír, como el carro de su madre se encendía.

Su madre se veía preocupada, así que Alan salió corriendo a bajar las escaleras y detenerla para preguntarle que le pasaba.

Mientras bajaba las escaleras intento gritar, pero su voz había desaparecido, pero no era lo único mal, su nariz sangraba, su visión disminuía y a su paso su cuerpo iba perdiendo fuerzas, y entonces, a metros de terminar la escalera, se desmayó y rodo por los pocos escalones que le faltaban.

En la cabeza de Alan no todo estaba negro, se encontraba él, con sangre en la nariz en un cuarto inmenso.

Se podían escuchar voces, disparos, gritos, y llantos.

Todo se iba poniendo peor cuando aquel cuarto se fue tornando de negro, y con ellos traía imágenes desconocidas.

Unos libros llenos de sangre, un arma, un cuchillo, una cárcel, un hospital o manicomio, y cuerpos en mal estado con la cara tapada.

Alan parecía recibir todo eso, porque cada vez se sentía más presionado y sin aire, y fue ahí cuando despertó de golpe.

- Ah

El chico acababa de despertar, lo que parecieron segundos fueron muchos minutos, en el reloj de la sala se marcaban las 1:50 pm.

Había pasado más de una hora, Alan se sentía confundido.

Inmediatamente Alan se puso de pie, pero tambaleo, miró al suelo y aún veía mal, subió lentamente las escaleras.

Cuando llegó a su habitación agarró unos pañuelos y los puso en su nariz.

La historia de Alan ValverdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora