7. La salida

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~~Alan~~

Alan estaba planeando una salida grupal, quería que Esteban conociera mejor a Mía, y que la mejor amiga de ella, lo conociera mejor. Ya había hablado eso con Mía, el acuerdo era reunirse en el bosque, y pasar la tarde ahí.

-Di que sí, por favor- Le suplicó Alan a Esteban.

-No lo sé, mi madre quiere que la acompañe a una cena con unos amigos- Esteban mintió, quería escuchar como su mejor amigo le rogaba.

-Dile que esto es importante, que puedo morir en cualquier momento, y quiero pasar tiempo contigo- Alan necesitaba un sí de respuesta.

-Wow, ¿tanta falta te hago?- Se burló su mejor amigo.

- ¿Sí o no? - Insistió de nuevo Alan.

-Está bien, nos vemos allá- Cedió Esteban.

-¡Sí!, Adiós- Se despidió Alan.

Ambos colgaron sus teléfonos.

Alan estaba nervioso, solo había dos opciones, o todo saldría bien, o todo saldría mal.

Esteban siempre fue muy enérgico y social, lo cual era un alivio para Alan, el problema estaba en como reaccionaria cuando viera que era una salida de 4, y no de 2.

Alan estaba realmente inquieto, no estaría solo, pero sí tendría comunicación con Mía, y el hecho de estar cerca de ella lo asustaba, o para ser más claros, lo ponía nervioso.

.

Alan estaba esperando en una de las muchas entradas del bosque, se suponía que Esteban ya debía estar ahí, pero no era así.

Era un día bastante nublado, en los últimos días había niebla por todas partes. Alan pensó que lo dejarían plantado, pero su pensamiento desapareció cuando vio una figura humana en el centro del bosque, había mucha niebla, por lo que no distinguía bien a dicha figura.

Al principio pensó que tal vez era Esteban queriéndole hacer una broma, pero no, la figura empezó a caminar hacia donde estaba Alan, este lo único que pudo hacer fue retroceder sin darse cuenta que estaba acercándose al medio de la carretera.

Estaba prácticamente congelado, había mucha más niebla, y la figura no era visible.

Alan retrocedió más y más, hasta que un sonido de bocina lo regreso a la realidad, provocando que este diera la vuelta y cayera.

-Mierda- Alan estaba en el suelo con un coche en frente de él.

-¡Alan!- Mía bajó de ese coche, estaba preocupada.

-¿Mía?, Oh, es tu carro- Alan se fijó en el diseño del coche.

-Así es, pero no estaba manejando yo, quien manejaba era mi chofer- La chica parecía aliviada.

-Oh, yo estoy bien- Dijo Alan mientras se ponía de pie.

- ¿Alan? - La mejor amiga de Mía se bajó del coche, por la expresión de su cara, estaba confundida.

-Oh, hola- Saludó Alan.

- ¿Qué haces tú por estos lados? - Irene estaba realmente confundida. -Espera... Mía, no me digas que- La chica hubiera terminado de hablar si Esteban no la hubiera interrumpido.

- ¡Alan!, ¿Qué te pasó?, ¿Estás bien? - Esteban acababa de bajarse de su coche.

-Oh, Esteban, yo estoy bien, solo me tropecé- Le dijo Alan mientras lo abrazaba.

-¿Qué hacen ellas acá?- Evidentemente, Esteban también estaba confundido.

-Bueno, lo que pasa es que Mía y yo, decidimos hacer una salida para los 4- Explicó Alan.

La historia de Alan ValverdeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora