La Abusadora Personal

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen. Los derechos de autor de "Hey Arnold!" son para Craig Bartlett, creador de la serie, y para Nickelodeon Animation Studio, la productora.

La imagen de la portada no me pertenece, la encontré por casualidad, si alguien sabe el nombre de quien la creo, por favor haganmelo saber para poder poner los derechos correspondientes.

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A sus 16 años Gerald veía cómo su amigo seguía recibiendo el acoso diario del "Terror de la 118". La chica en cuestión, hace mucho que había madurado, su temperamento se había relajado y era más social y abierta, pero al parecer su fijación por molestar a Arnold seguía igual que siempre. El rubio recibía empujones en los pasillos, golpes en la cabeza con libros, burlas y apodos, también cogía proyectiles en forma de bolitas de papel en la cabeza durante las clases, no tantas como en el pasado, pero se veía como la rubia enrollaba pequeños papelitos y los apuntaba a su amigo, también de vez en cuando le lanzaba aviones de papel que sorprendentemente siempre se enredaban en el espeso cabello de este último, y para sorpresa de Gerald, Arnold siempre alisaba los aviones y sin siquiera prestar atención los guardaba en su mochila.

Muchas veces le dijo a su amigo que tenía que hacer algo, decirle algo a la chica para que dejara de molestarlo, rebelarse ante su abusadora de toda la vida, pero el rubio solo sonreía y se encogía de hombros, otras veces le decía que no se preocupara, que en realidad Helga no lo molestaba en absoluto, que eran bromas infantiles sin ningún daño real.

Arnold podía defenderse, ya no era un enclenque como en el pasado. Con Gerald estaban en el equipo de beisbol y se ejercitaban tres días a la semana en un gimnasio. Aunque era cierto que la rubia todavía lo pasaba por unos pocos centímetros en altura, su amigo tenia la fuerza suficiente como para levantar a tres como ella. Ciertamente no se le marcaba los músculos como a un fisicoculturista, la estructura del rubio era más sutil, pero aun así era fuerte. Estaba %100 seguro de que si él quisiera podría parar los abusos constantes de Pataki, pero al parecer su amigo era demasiado bueno y caballero como para enfrentarse a la rubia.

Dos días antes, una tarde de Septiembre, el moreno vio como Lila quería que Arnold la acompañara a su casa para así charlar un rato tranquilamente, pero al parecer su amigo estaba perdiendo la cabeza ya que estaba rechazando a la chica! Qué le pasaba? Durante algún tiempo en su infancia había estado muy enamorado de esta compañera y ahora, que estaba prestándole algo de atención, la rechazaba? Es cierto que ya hace bastante tiempo que el rubio no reparaba en ella, ni se mostraba interesado. Pero la chica era preciosa!

Lila había desarrollado un cuerpo increíble, su físico adolecente tenía a la mayoría de los chicos de la preparatoria locos. Su cabello rojo y ondulado había crecido hasta llegar a la curva de su trasero y su cara seguía pareciendo angelical. Además que la chica no había cambiado ni un poco su personalidad, a pesar de ser hermosa y amiga de las chicas más populares de todo el colegio, ella seguía siendo gentil y educada. Un diamante escondido en una pequeña ciudad.

Gerald, creyendo que a su amigo se le había zafado un tornillo, y tratando de que no cometiera el peor error de su vida, lo empujó a que la acompañara a su casa, Arnold derrotado accedió a acompañarla ese día.

Desde ese suceso el rubio había estado nervioso todo el tiempo, Gerald también había notado que Helga no lo había estado molestando esos dos días, es más, parecía ignorar completamente al chico. Hasta cuando chocaba con él en los pasillos, o en las esquinas de cualquier lugar, no le gritaba como siempre, se limitaba a levantarse, sacudirse el polvo e irse rápidamente sin prestarle atención, pero con el rostro ligeramente inclinado hacia arriba, como si estuviera molesta. Arnold de vez en cuando lanzaba miradas de perro perdido a la rubia. Realmente no sabía que le pasaba a su amigo. Acaso le gustaba que la chica lo apaleara? Gerald estaba realmente preocupado de que su amigo, por culpa de años de abuso, se estuviera volviendo masoquista.

La Abusadora Personal (One-Shot)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora