Notas de amor [ Nagito Komaeda x Reader ]

Novena carta

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Viernes, 1O de septiembre de 2021

Hola, eh.

¿Qué tal?

Ha pasado un buen tiempo, ¿no?

Ja, ja.

Lo siento.

Me siento mal, demasiado mal. Físicamente me refiero; creo que tendré que ir al hospital. Estoy mareado, yo... No creo venir aquí el lunes, quizá no venga toda la semana que viene, ja, ja.

Perdona. No quiero molestarte con todas mis cosas. Mi estado es lamentable. Estaré bien, ¿sí? No te preocupes, en serio... Todo... Todo debería estar bien.

Vengo a dejarte esto para avisarte y me voy. No me respondas, ni siquiera he podido leer tu carta pasada, perdona. No me esperes demasiado, cuando vuelva te avisaré.

Te quiero más que a nadie. 

No.

Te amo.

Te amo, en serio te amo tanto. Siento tanto por ti, que un te amo parece mísero para escribir mi querer. He perdido la cabeza por ti, tú te has convertido en mi todo. Nunca lo olvides. Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo. Tampoco me olvides a mí, ¿sí?

Cuídate por favor.

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—..., ¿anónimo?

Mi estómago se revolvió al leer eso. La misiva venía sin sobre, se encontraba sucia, arrugada y la letra era sumamente desastrosa, temblorosa, como si escribir todo aquello hubiese recurrido mucho esfuerzo, y aún así era tan suave que se aproximaba a lo ilegible.

Él decía que estaba bien, no obstante, me parecía poco creíble. ¿Cómo podría desaparecerse más de una semana por algo que "no es nada"? ¿Qué le había pasado?, ¿y si era algo grave?

Miles de escenarios del chico desconocido en sufrimiento pasaron por mi mente, pero se detuvo en uno, uno en el que él no volvía, uno en el que ya no habían más cartas, uno en el que ni siquiera pude averiguar su nombre. Uno donde me hundía en la soledad, una vez más.

«No, no, no, no, no... No te preocupes, estará bien, él mismo te lo ha dicho» me intenté convencer, aun mis ojos se aguaron.

Leía una y otra vez la corta carta, y no podía evitar pensar en la poca seguridad de su escrito, probablemente ni siquiera él sabía si todo iba a salir bien; de hecho, todo aquello parecía más una despedida. Me desesperé tanto que apreté la carta con mucha fuerza, rompiéndola ligeramente.

«¿Cómo sabré si estás bien? Ni siquiera sé tu nombre»

Un lastimero sollozo que intentaba retener logró escapar de mis labios, seguido de varios más que no fui capaz de aguantar, dejando ya escapar quejidos, jadeos, ahogos, gritos en mi estado de confusión. Tenía tanto miedo, todo parecía estar tan mal. Las lágrimas nublaron tanto mi vista que ya no era capaz de distinguir nada, no me importó, solo quería despertar, saber que todo era un mal sueño, no quería creer que todo era real.

—No me hagas esto, por favor...

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11/O9/21