Notas de amor [ Nagito Komaeda x Reader ]

Sexta carta

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Martes, O7 de septiembre de 2021

Amada personita:

Espero que te encuentres bien hoy. Ayer fue una montaña rusa de emociones para mí. Cuando te vi temblar y lagrimear al abrir el regalo me preocupé de sobremanera, sabía que era posible que no te gustase, pero esa reacción me descolocó por completo; me desesperé tanto, deseaba estrecharte entre mis brazos y rogarte perdón, mas fui demasiado cobarde para ello. Estuve muy nervioso todo el día, preguntándome si había cometido un gran error; casi no respiraba al leer tu respuesta. Fue un alivio saber que te gustó, aunque siéndote honesto sigo siendo incapaz de comprender tu reacción, ¿en verdad estaba todo bien?

De cualquier modo, me alegra que sigamos conversando así, pero tus preguntas esta vez son también algo difíciles de responder. El cómo te conocí y me fijé en ti, es un tema complejo, al menos lo así lo percibo yo. No puedo hablarte abiertamente de ello ahorita, pues me da algo de miedo que consigas averiguar algo de mí.

Intentaré aún así contar un mínimo; recuerdo bien el día, un día lluvioso, ibas corriendo, no sé hacia dónde, y tú me ayudaste, de una manera tan grande que no tienes idea. No creo que lo hayas hecho con intención, ni siquiera habrás sabido quién era yo, mas tus actos tan cálidos me ofrecieron el hogar que buscaba con desesperación. Desde ese día te he observado en la institución, y cada día captabas más mi atención; desprendes algo, que resplandece tan fuerte en tu interior: Esperanza. Significa tanto para mí.

Disculpa que sea tan vago, me pone tan nervioso hablar de ello, tengo miedo de que me tomes por un raro. Prometo no estoy en ninguna secta ni similar. Es que todo eso significa tanto para mí.

Me he tenido que levantar un momento, disculpa, como ya he dicho este tema no es el más cómodo para mí. Te prometo que algún día te lo contaré todo bien, ¿eso está bien para ti?

Me preguntaste también de qué es lo que me hace temer, ¿no? Bueno, quiero aclarar primero que disfruto estas conversaciones como ninguna otra cosa, hace que mi corazón desee explotar y mi cerebro deje de funcionar, nunca antes había sido tan feliz. Sin embargo, temo que esto sea una ilusión mía; no puedo evitar preguntarme si a lo mejor tú no compartes este gusto, temo que sientas que te obligo a todo eso, sabes que no es así, ¿cierto? ¿Sabes que en cualquier momento podemos parar con esto? Y aún con ello, siento que quizá solo me tienes lástima, al fin y al cabo no dejo de ser un lamentable.

Más allá de eso, hay algo que no abandona mi cabeza, ¿y si al conocernos te desagrado? Quizás no soy lo que esperas, tal vez una vez me veas ya no querrás seguir con todo esto; puede que me veas y te parezca muy feo, muy raro, muy callado, muy serio, muy tonto, muy emocional, muy solo, muy asqueroso, hay tantas cosas, tantos defectos que tengo que me hace temblar y llorar darme cuenta que me dejarás por ello. Estarías en tu total derecho, claro está, no obstante sé que me destrozaría.

Lo siento, soy un ridículo.

Ya he respirado un poco, disculpa. Si no te molesta me gustaría cambiar de tema, quería comentarte que te estoy preparando una sorpresa, desde hace un tiempo ya; juraría que cuando lo empecé ni siquiera había empezado la primera carta. Soy un revoltijo de emociones con ello, anhelo que te guste, le estoy poniendo todo el amor que hay en mi ser. Espero no crear expectativas muy altas, sería probable decepcionarte, mas en serio deseo que sepas que eso lleva mucho esfuerzo de mi parte. No estoy seguro de cuándo te lo daré, ¿puede que mañana?, ¿o el jueves? No puedo prometer nada.

Esta carta ha quedado más corta, espero aún así sea de tu agrado, no sé si me ha quedado algo por responderte, recuérdamelo si es así. Sino, amaría que preguntes algo más, lo que gustes, si no es mucha molestia agradecería preguntas más simples.

Cuídate mucho por favor, y que sepas que te quiero, que hay alguien aquí siempre preocupándose por ti, alguien que estará siempre que lo necesites.

Ansío tu próxima respuesta,

N.K.

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—¿De qué día hablas?

Me encontraba en una de mis clases, apoyándome sobre una silla sin prestar atención a lo demás. Había leído varias veces aquel párrafo en busca de ubicar de qué día hablaba, frustrándome al no poder.

«Un día lluvioso, ¿pero hace cuánto? ¿Y qué hice yo sin darme cuenta?, ¿fue en la mañana o en la tarde?, ¿quizá en la noche?, ¿irradio esperanza?, ¿qué significa eso?, ¿es bueno?»

—¡¿Por qué no puedo recordar nada?! —Me encogí con vergüenza al percatarme que llamé la atención.

Me sentía en un punto irreal, como si mis emociones hubiesen subido tanta que ya no pudiese alcanzarlas. 

Comprendía por qué el chico no deseaba presentarse ante mí, mas quería darle la seguridad de que aquello no iba a suceder. 

—¿Realmente me importaría? —me pregunté en voz alta.

Nunca me había puesto a pensar en cómo sería el anónimo en persona; me concentré en intentar imaginarlo, pero nada apareció en mi mente. Solo sabía que era la persona de las cartas, y eso bastaba para mí, no creía que mi opinión cambiase solo por su apariencia. Él era tan cálido, tan amable, rozando lo angelical ante mis ojos, tenía seguridad en que, sin importar qué, ese pensamiento no se iría.

«¿Cómo puedo hacer que sepas eso? A este punto estás empezando a representar algo para mí que...». Me sonrojé, sintiendo a mi corazón desbocarse en mi interior.

Restregué mis manos contra mi faz, en un intento de liberar tanta energía aguardada en mí. Además todavía no olvidada la sorpresa que me preparaba y sin tener idea de qué era, solo ese hecho hacía que mis nervios recorriesen mi cuerpo.

«Se supone que iba a abandonar esta idea, y ahora me tienes así, ¿cómo crees que cosas tan secundarias harían que me alejase de ti... Mi querido anónimo?».

Saqué mis cosas, pensando ya en qué podría responderle. Quería darle seguridad, que supiese que mis palabras no eran mentira, ni mis acciones una actuación y, a su vez, tenía tantas preguntas, que no sabía cómo formular todo aquello correctamente.

Dejé escapar un tembloroso suspiro.

—... Querido anónimo... Mi lindo desconocido... ¿Cómo hago esto...?