Final

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⚠️ ADVERTENCIA: 
Todo lo descrito en el siguiente relato es mera ficción con intención de entretener, ninguno de los actos imprudentes realizados en él debe ser imitado. Leer con discreción.

Coman, hidrátense y cuídense bien, mis preciosas personitas. ♡

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Abro mis agotados ojos una vez más esta noche. He estado desde el crepúsculo vagando a través de mis recuerdos, aquellos que no quieren dejarme en paz. Todo ha pasado muy rápido y, sin embargo, la memoria de ese chico está profundamente incrustada en mí.

Dejo escapar un suspiro, colocándome en una posición diferente, esperando así poder dormir. Mis ojos son adornados por unas profundas ojeras bajo ellos y se encuentran hinchados, cansados al igual que todo mi ser. 

Para este momento ha pasado ya casi tres semanas desde la primera vez que recibí un sobre por parte del anónimo y más de una semana desde la última carta.  He decaído bastante, casi nunca como, de hecho no recuerdo cuándo fue la última vez que lo hice y mi higiene es casi nula. Me siento cual bala perdida, sin saber qué hacer; con cada minuto que pasa siento que menos posibilidades hay de que él vuelva y eso me rompe.

No me había dado cuenta de la profundo soledad en la que me hallo sino hasta que caí en ella después de un tiempo de haber podido sacar la cabeza de allí. Era costumbre para mí no tener nadie y estaba bien con eso, era lo normal, mas después de haber estado días sabiendo que alguien estaba constantemente pensando en mí, preocupándose, alegrándose por verme, deseando acercarse a mí, aquel sentimiento se disipó, se alejó tanto de mí que pareció nunca haber estado, acercándose de golpe una vez él se fue. Nunca había notado la soledad que me rodeaba, no hasta ahora, y notarlo se siente profundamente doloroso.

Un lastimero sollozo se me escapa y aunque las lágrimas quieren seguirle no pueden, he llorado tanto que mis ojos se han secado. Restriego mis párpados con mis manos con desespero.

—¿Dónde estás, anónimo...? —suelto con la voz quebrada —. Todavía... —hablo, deteniéndome con rapidez al sentir un nudo formarse en mi garganta—... Todavía te estoy esperando, yo —respiro con profundidad, intentando calmarme— no te he olvidado, ni por un segundo.

Cierro mis ojos, necesitando dormir y me mantengo así un buen rato, pero no logro nada; intento apretar los puños en frustración, pero me encuentro tan débil, con tanto cansancio, que no lo logro. Ahogo un grito en mi almohada y finalmente me levanto, aún sin saber para qué, solo no quería estar más en cama.

Cojo mi celular y me observo en su reflejo, haciendo una mueca de desagrado al verme; lo enciendo en busca de lo hora y me percato de que la entrada a clases se aproxima. Al poner los pies en el suelo flaqueo, sintiendo que no voy a poder sostenerme y aun así me obligo a hacerlo, maréandome en el proceso. Me acerco al lugar donde tengo guardadas las cartas, cartas las cuales no he podido dejar de leer una y otra vez.

Al pasear mis ojos sobre ellas tengo sentimientos encontrados, sin embargo, al llegar a la última percibo cómo mi alrededor se rompe. Él me aseguró que va a estar bien, pero si eso es verdad, ¿por qué la última carta luce tanto como una despedida?

«Yo... Tuve tanta ilusión en poder ir acercándonos poco a poco, todo parecía ir bien, ¿no?», me pregunto.

—¿Entonces por qué ha terminado así? —susurro.

Me siento en el piso, abrazando mis rodillas en busca de esconderme del mundo y cierro los ojos. Deseo desconectar ahora más que nunca, dormir hasta que aquel dulce chico vuelva y me abrace con sus excéntricas cartas, que sane mis ojos con su maravillosa caligrafía y borre mi tristeza con sus suaves palabras.

Notas de amor [ Nagito Komaeda x Reader ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora