Había pasado ya una semana desde que empecé a trabajar, una semana desde que me encontré cara a cara con Darío y una semana sin recibir respuesta de aquel mensaje.
Y justamente me encontraba ahora mismo en casa de Jacobo, ya que teníamos el día libre, además mañana por la tarde, Carol y Marcos ya serian marido y mujer, estaba muy emocionada, tanto que le pedí a J que fuese mi acompañante, obviamente ninguno de los tres implicados pusieron objeción y ahí estábamos viendo películas y comiendo esperando que diesen las nueve de la mañana para poder arreglarnos.
La verdad que yo no estaba viendo la película, no podía dejar de pensar en todo lo ocurrido hace una semana, estaba dispersa.
--Oye espabila que no te estas enterando de nada—Me dijo Jacobo en uno de los momentos en los que estaba mirando fijamente a la nada--¿Qué te pasa?
Me estaba debatiendo en si contarle toda mi historia a J o no, ya que solo sabía una parte, la que yo quería, sabía que estuve en coma y que desperté literalmente hace un mes, nada más.
Pause la película y le mire fijamente.
--Nena, me estas asustando.
--¿Sabes guardar un secreto?
--Se guardarlo de la misma forma en la que Ron Weasley hace el hechizo de Wingardium Leviosa pero por ser tú, haré un esfuerzo.
Una carcajada escapa de mi boca, dada la comparación que ha hecho Jacobo, durante este tiempo he tenido que ver todas las películas de Harry Potter mil veces, por lo tanto sé que Ron no sabe hacer este hechizo, pero confío tanto en el que le voy a contar un poco lo que me está ocurriendo.
--Te voy a hacer un pequeño resumen—Veo como se acomoda entre las sabanas de su grade cama—Cuando Salí del hospital, fui a un edificio, el de una foto, ya que esta me tiene que dar respuestas, a partir de ahí todo fue de mal en peor, un hombre me apuntó con una pistola, he visto un cadáver y mi primer día de trabajo otro de los hombres que vi, me amenazó con llevarme con él, por no decir que estoy recibiendo una serie de mensajes que no se de quienes son, pero creo que todo está relacionado con Darío, el del restaurante y su jefe, el de la pistola—Digo sin tragar saliva y bajo la atenta mirada de Jacobo.
--Vaya... esto, no sé qué decir, solo que todo parece de película.
--Ya...--Bajo la mirada y me quedo mirando un punto fijo.
--Y que si necesitas mi ayuda para lo que sea puedes contar conmigo—Sonríe, es tan bueno conmigo.
--Un poco de apoyo no me vendría mal, no le he querido contar nada a Carol porque cuando le dije que estuve allí reacciono de una manera extraña.
--Pues aquí tienes a tu salvador—Salto literalmente de la cama y comenzó a ir de un lado a otro—Antes de nada debemos de saber quiénes son.
--Créeme que ya hice todo por descubrir quiénes eran.
--No cariño, todo no—Le miro extrañada—La semana que viene vamos a mirar los datos de Darío, porque en el restaurante a cada cliente vip le hacemos una ficha, ahí ya tenemos un adelanto y quizás descubramos parte de todo este alboroto.
Le miro sonriente y me levanto a abrazarlo, tras esto seguimos hablando como locos sobre posibles suposiciones, pero no llegamos a nada en claro y después de estar toda la noche parloteando, la hora a la que habíamos quedado con Carol para ir a la peluquería y ayudarla a vestirse y poder arreglarnos J y yo también, llega rápidamente.
A las horas varios peluqueros se encontraban manos a la obra con Carol y conmigo mientras J disfrutaba viendo como hacían su trabajo, con el ya habían terminado ya que únicamente se tuvo que repeinar hacia atrás y cogerse un moño.
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AMNESIA
RomanceYo no recordaba nada. Yo no sabía nada sobre de mi. La palabra que lo define es frustración. Pero él, lo recordaba todo, y aun así, desapareció. Después de todo este tiempo mi deber era encontrarlo, lo necesitaba. Necesitaba saber quien era. Y por...