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La vida de Guy Hamdon da un giro de 180° cuando por culpa de su papá debe dejar Megadale y mudarse a un lugar del que nunca antes había oído; dejando atrás recuerdos y responsabilidades.
Ese lugar se llama Norrisville, y al menos hay algo en...
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En primera instancia él no quería ser Shezow.
Actualmente, él ya no podía vivir sin Shezow.
Shezow le había enseñado muchas cosas, y le había ayudado tanto; que hoy día no sabía donde estuviera de no ser por Shezow, pues la verdad es que Guy Hamdon la estaba pasando bastante mal. Y una buena forma de no derrumbarse era apoyarse en su alter ego.
Al inicio, cuando "recibió" el anillo, todo eran risas y diversión. Al menos las primeras semanas. Luego, tuvo que aprender muchas lecciones, la mayoría sobre cómo ser un mejor ser humano, y otras sobre cómo ser una superheroína. Pues el ser Shezow era algo, que tendría que cargar hasta su muerte.
Y a pesar de que no todo había sido miel sobre hojuelas, al menos ese primer año como Shezow sí fue divertido y genial, casi como un sueño. Mucha gente adoraba a Shezow, y aunque eso no le hacía mucho bien a su ego, se sentía maravilloso.
Pero de pronto, casi como si fuese un acto de brujería, todo empezó a cambiar en su vida. A cambiar para mal, mayormente.
Cuando Guy cumplió 13 años, estaba cerca de cumplir también su primer año como Shezow. Todo parecía ser tan especial. Hasta que dejó de serlo.
Su mejor amigo y compañero Maz, llevaba unas semanas distante. Cuando Guy quería hablar, éste se alejaba, y muchas veces le daba pretextos realmente absurdos para no asistir a algún lugar.
Guy pensó, que quizás, esa actitud se debía a algo específico que él le había confiado a su gran amigo días atrás. Guy le contó sobre un chico de la escuela que le gustaba. Nada serio, una charla común entre amigos, pensó.
Hasta que luego re-pensó, y se dió cuenta. "Oh, pues quizás el hecho de que se tratara de un chico no era tan normal después de todo..."
La verdad ni siquiera lo meditó, no se había puesto a pensar nunca en sus preferencias hasta ese momento. Nunca se había sentido atraído por ninguna chica ──lo de Wanda nunca lo tomó como algo serio──, aunque tampoco por ningún chico... Hasta ese día. Fue entonces que lo pensó, y... Empezaba a darse cuenta que le atraían los chicos, básicamente.
Oh, así que era... Gay. Guy era gay. Hum. Ya no quería pensar sí eso era irónico o no. Menos quería pensar sí era gracioso el juego de palabras. No, ¡No lo era! Esto era algo serio, por el amor de Dios.
Pero de todas formas, no era algo a lo que le diera mucha importancia. Si, ajá, ok... Le gustaban los chicos, pero tenía cosas más importantes que hacer o en qué pensar. ¡Era una superheroína ocupada también, por el amor de dios!
Y eso no cambiaba en nada a Guy, al menos eso creía. O al menos, no lo cambiaba en lo importante: en su corazón.
Por eso, no creyó que su amigo sobrepensara mucho aquel tema del que se le salió hablar.
