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La vida de Guy Hamdon da un giro de 180° cuando por culpa de su papá debe dejar Megadale y mudarse a un lugar del que nunca antes había oído; dejando atrás recuerdos y responsabilidades.
Ese lugar se llama Norrisville, y al menos hay algo en...
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──Te gustó ese ninja.
──Na-á.
──Sí-á.
──¡Qué no! Ya sabes cómo soy. Me gusta incomodar a los chicos.
Eso Kelly lo sabía de sobra. Pero había algo en la sonrisa de su hermano que le hacía pensar que esto era más que un simple coqueteo.
──Jaja, solo te molesto... Pero lo que no me puedes negar es que te gustó ver cómo había pósters de Shezow en la escuela.
La chica terminó de colocar lo que faltaba de mascarilla en el rostro de su hermano, su cabello ya lo había trenzado. Cómo amaba que lo haya dejado crecer de esa forma. Guy, al oír eso; sonrió con emoción y abrazó un cojín.
Algo de atención y cariño por parte de las multitudes le hacía mucho bien a su su ajetreada vida.
──¡Ni como negártelo! Y además varios comienzan a leer los cómics.
"Parece entonces que Norrisville vuelve a conocer a Shezow."
Se escuchó también la voz de la computadora inteligente. La especie de pijamada que estaban pasando los gemelos era en la anticuada She-cueva.
──¡Así es, Sheila! Y es fenomenal.
Le respondió Guy al soltar el cojín.
──Lo que solo me deja pensando... Creo que deberíamos empezar a mentir un poco. Si comienzan a leer historias de Shezow, talvez no debamos ir por ahí diciendo que somos de Megadale.
Por supuesto, Kelly era la que siempre ponía más el cerebro en todo esto.
"¿Le han dicho a todos que ustedes son de Megadale?"
──Mmm... Define "todos" ──entrecerró Guy los ojos al decir.
"¡Guy!"
──¡Ok, ok! Quizá se lo dijimos a algunas personas, así que ya es tarde para eso. Pero yo no me preocuparía, Sheila.
──¿Porqué lo dices, hermano?
──Bueno, pues... No es por ser mala onda pero, todos parecen ser muy tontos. No creo que recuerden algo así.
──Estoy segura de que las chicas bastoneras lo recuerdan. Se emocionaron por saber ese dato.
──¡Bueno, bueno! Pero no creo que le den importancia. Mejor dejemos de pensar en eso, que no es la gran cosa. ¿Qué no se supone que esto era una pijamada?
──No sé, Guy... ¿Tú crees que Jorgillo esté de acuerdo con esto?
Guy observó como su querido ladrillo ahora tenía pintalabios puesto y unas pestañas postizas. Acercó su oído a él.
