Recuerdo A

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Reunión






















Eran esos días pacíficos de Japón... Los conflictos terminaron, las guerras acabaron, y la paz comenzaba a reinar desde el profundo cielo del país del sol naciente.

Las mujeres recolectaron los vegetales frescos de la tierra tierna, los aires de la mañana eran frescos por la montaña a lo alto que incluso las femeninas detuvieron su trabajo para ver el amanecer emprender desde el fondo de las montañas verdes vecinas. Algunas al ver ese espectáculo rieron entre si, otras sonrieron... Pero una de ellas sólo observo todo desde su campo de vista con profunda seriedad. Suspiro por un momento quitándose el sudor frío que la molestaba, para pasar sus ojos a su canasto llenas de tomate y cebollas.

- Fuyumi!! Amor que haces aquí? - Un hombre de ojos negros y cabello oscuro se acercó a ella, abrazándola por la cintura - No debes ensuciar tus hermosas manos, tenemos visitas hoy en la mañana... Ve a limpiarte.

La femenina hizo un gesto infantil volteando la mirada hacia otro lado, amaba a su esposo como si no hubiera un final en los días, pero tener a su suegro en su hogar acompañado con un hombre que no le cayó bien desde que lo vio era peor. La castaña se voltio a verlo un poco enojada.

- Pero sabes que odio a ese clan... Los detesto... Su ideología es algo grosera, sobre todo ese hombre... - Se cruza de brazos causando una risa al masculino - ¡No te rías! No quiero que nuestra hija conozca a tu padre! Ni siquiera a un Zenin!

- Oh vamos cariño... Nadie cree que nuestra pequeña sea la decencia del Dragón negro... - La tomo de sus manos sonriendo - Cariño... Prometo que... Si todo sale bien, viviremos lejos de aquí... Lejos de la hechicería y los clanes, ¿Que te parece?

- La castaña soltó unas lágrimas mientras lo veía - Kaneki.... Lo harías? Por mi? Por tu hija?

- Afirmó sonriendo - Claro! Comeremos pescado! Nuestra hija jugaría con los pájaros! Tratando de atraparlos - Se acercó a susurrar - Te haría el amor todos los días.

- ¡No lo digas aquí!!! - Grito separándose de el y correr sonrojada.

.....

- Auch! Auch! Duele! - Una pequeña de cabello negro se quejaba -Por favor más cuidado! Mamá...

- Perdón cielo... Pero tu cabello está muy enredado, ¿Hace cuanto no lo lavas? - La pequeña tomo de la mesa frente suyo una baraja de cartas, para comenzar a sacarlas y verlas - Yumeko...

- Amm... Hace como una semana... La sirvienta no llega a lavarme el pelo, papá le dijo que quería que ella lo hiciera cuando el abuelo llegará - La madre sólo soltó un suspiro de desesperación por esta situación - Oye mamá... Porque papá no me deja jugar cartas con sus amigos?

- Porque papá sabe jugar, y tu no... Además juegos de ese tipo no son muy buenos para una hermosa niña como tú - Le beso la mejilla de su hija causando risas en ella - Pero porqué quieres jugar eso?

La pequeña se encogió de hombros sonriendo, para pasar a observar una carta en especial de la baraja de la suerte de su padre, el Joker esa carta es muy extravagante por los distintos bufones que aparecen en las barajas, uno de ellos era su favorito era el pequeño dibujo sentando en una luna, mientras observaba con su telescopio hacia abajo y para sus ojos era algo de admirar. Que estos cristales de color cafés como de su madre, se volvieron un poco rojos con una línea recta en sus pupilas...

Los Recuerdos de unos ojos rojos ◽️Jujutsu Kaizen (Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora