Los Recuerdos de unos ojos rojos ◽️Jujutsu Kaizen (Oc)

Recuerdo E

Un nuevo amigo
Y nuevo destino...

La pequeña comenzó a despertar después de estar un gran rato dormida, se sentía bien pero a la vez confundida... No recordaba nada desde anoche donde ese Dragón de nombre Valkiria que le habló por primera vez, nada más que tendría su cuerpo por unos minutos y luego nada.

Al levantarse de manera suave y lenta se tallo uno de sus ojos, escuchando un ruido casi insoportable de gritos, reclamos o llantos... Aunque lo último sólo se escuchaba de una persona, al tocarse el hombro ya que le dolía de una extraña manera sintió algo escamoso y duro, era tan extraño que se asustó por un momento.

Al llevar su vista a ese lugar, observo una cosita pequeña estaba en su hombro, era la misma maldición solo que casi tamaño bolsillo... Y justo la estaba viendo con esos ojos rojos penetrantes.

— ¿E- eres... Valkiria? ¿La... Maldición? — La criatura solo gruñó, dejando ver la mirada de aburrimiento.

— ¿Acaso parezco un lagarto?... ¡Claro que soy yo mocosa!... — Valkiria bostezo — Solo que tamaño bolsillo...

Estuvo a punto de acariciarlo cuando la puerta de su habitación fue abierta bruscamente, observando que el responsable de dicha acción fue su propio padre.

— Yumeko... — El adulto se acerco a ella tembloroso — ¿Estas... Bien?

— Porque no lo estaría? — Bajo su mirada hasta sus manos — ¿Que!?
.... — Comenzó a temblar con los ojos abiertos —  Ahhhhh!!!! Es sangre!!!

Rapidamente se levantó de su lugar chocando con las piernas de su progenitor, al ver dicha escena en sus manos. Visitantes no reconocidos se adentraron a la casa en dirección a la habitación de la menor, la mencionada respiraba rapidamente al ver ese tinte rojo a olor a hierro en sus manos, sudaba frío y tenía los ojos abiertos.

— Pero que hiciste!? Dijiste que lo convencerias para no ir a ese lugar! ¿Porque tengo sangre!? — Grito al dragón que estaba frente suyo sonriendo, que para los demás era a la nada — Porqué!? Valkiria! Mataste a mi abuelo!?

— Valkiria? — Se pregunto un anciano.

— Hija... Que... Que dices? — La tomo de los hombros pero esta se alejó — Tu... Como sabes lo de tu abuelo?

— El dragón, papá... El... El me convenció para que el hablara con el abuelo para no ir a las Alas de dragón... — Comenzó a llorar señalando a la nada — Tenía miedo... I ahora asesino a mi abuelo.

— Ese hombre iba a hacerte lo mismo! Mocosa! — Y de la nada la voz grave salió de la niña.

Muchos de los presentes les apareció un sudor frío en su cuerpo, escalofríos infernales al oír esa voz que incluso el más viejo de ellos le recordaba... O al menos eso pensaba, los relatos de sus antepasados decían que la voz del Dragón era gruesa con tono intimidante.

— No permitiré que esos viejos Idiotas me eliminen de este mundo! Yo! Soy su única arma ante la maldición Sukuna! — De la nada el cuerpo de la menor comenzaba a desprenderse casi como si se tratara de papel — QUIERO VER A SUKUNA!! Y ELIMINARLO

Los papeles de color rojo se dirigieron ante los presentes, que Kaneki tuvo que proteger a su esposa y madre de la menor para que está no saliera herida, pero gracias a los demás hechiceros ancianos estos papeles no llegaron tan lejos ya que, la menor aún no evolucionada su energía maldita.

Yumeko se desmayo después de esa acción, los ancianos se vieron entre si asustados comenzando a murmurar mientras poco a poco el aura oscura desaparecía del cuerpo de la pelinegra.

...

— Decide Kaneki! Es la muerte o a la residencia Alas de Dragón!

— Estamos artos de que niegues que tu hija es una maldición! Consideramos al dragón como una y peor el que la recibe!

Sentía su cuerpo cada vez más ligero, como si de una pluma se tratase... Tal vez estaba en un Futōn, pero ¿Porque se movía de un lado a otro? Como si estuviera en un carruaje. Su sueño se fue disparando al ver que sus dudas eran ciertas, estaba en uno... Con guardias de su hogar alrededor de está observando al frente sin pizca de simpatía.

Sus padres no estaban a su lado, sus ojos comenzaron a sacar lágrimas... En su garganta sentía un hilo tan delgado que se rompería si observaba que se la llevaban lejos de su hogar... La criatura se coló en su hombro atrasando la acción que la menor pensaba hacer.

— Era tu destino después de todo... — Comento llamando la atención de la menor.

— ¿Porque lo dices? — Se quita las lágrimas coladas en sus mejillas — Si tu causaste esto?

— La criatura sonrió — Tarde o temprano ese viejo moriría en manos de esta familia... — Observo el campo de arroz — Tu padre lo tenía pensado... Solo hice dos cosas: Llegar más temprano a este lugar y evitar que tu padre no lo matarán..

— Yumeko se apoyo en la ventana — Quería matarlo?... Era de esperar que mi abuelo no me quería... Era tan ciega — Un guardia escuchaba que hablaba sola — Por cierto... ¿Adonde vamos?

— Donde crees niña?... A la residencia Alas del Dragón — Sintió el cuerpo de la niña temblar — Ya verás porque soy famoso...

— Ya estoy acabada... — Comenzó a llorar silenciosa.

— Vaya animo... — Se burló el.