Cuando abrí mis ojos al día siguiente, no podía creer todo lo que había vivido con anterioridad. Sentía que todas esas horas habían sido un sueño, un sueño mágico que me había otorgado Sandman.
Aún me era difícil asimilar todo, y cuando Jamie por mensaje me hablaba sobre su novela, dudé por mucho que lo que había vivido fue real, pero aun así traté de mantenerme positiva ese día.
Sabía que mi novio quería pasar sus vacaciones escribiendo sus novelas, aparte él ya conocía a todos esos espíritus, así que era comprensible que no compartiéramos el mismo hype, sin embargo, eso sí afectaba mi ánimo un poco, y más porqué en vez de buscar a Jack Frost esté día para saber que todo fue real, me quedé atrapada en mi casa. Pues sí, desde el comienzo de mi día, mi familia me invadió con unos cientos de actividades navideñas para estar unidos en esas fechas heladas y familiares. Y aunque amaba a mi familia, sentía que había otras prioridades en estos momentos, pero eso no me limito a no disfrutar de la decoración del árbol de navidad, en adornar la casa tanto del exterior como del interior de la misma y de sacar nuestros regalos para colocarlos debajo del árbol como también el sacar nuestros mejores ugly sweaters para lucirlos. Así es, parecíamos el típico estereotipo de familia estadunidense a pesar de tener raíces mexicanas. Pese a ello, disfrutaba de las actividades familiares navideñas, y mi favorita era el armar tu propia casa de jengibre, y me atrevía a decir que fue el único momento del día en el cual me sentí feliz y tranquila, pero al acabar todo aquello, aún era de día, y ya habíamos acabado todo.
Por ello, antes de comer y ver algunas películas navideñas para finalizar el día, me puse a limpiar el desastre que habíamos dejado en la casa. Con el apoyo de todos, comencé a lavar los platos, fijando mi vista a la ventana en dónde, tenía el privilegio de observar el patio de enfrente, en espera de encontrar algo interesante, y aquella cosa interesante fue Jack Frost. Pues ahí estaba él, jugueteando en el patio de los vecinos con unos niños, aventando bolas de nieve.
Sonreí de inmediato al observarlo, sabiendo entonces que no era una imaginación mía, pues los niños estaban interactuando con él. Y como sí él esperará que yo estuviera allí, volteó y me saludo a la distancia, y yo lo imité siendo tan espontánea y libre, atrayendo la atención de mi familia.
─¿A quién saludas, hija? ─comentó mi madre extrañada, a lo cual la miré con una sonrisa nerviosa y negué con la cabeza, ignorando que toda mi familia estaba allí cerca, viéndose curiosos.
─A nadie ─comenté tragando saliva y alzando un poco la vista, esperando ver que seguía ahí Jack, y aun lo estaba, pero los niños no, y por ello, él me hizo unas señales invitándome a ir con él.
Sorprendida ante la invitación del espíritu, sonreí desconfiada sin saber que decir. Personalmente, al vivir en un pueblo pequeño, tenía sus ventajas, pues mis padres eran muy liberales y me dejarían salir fácilmente, sin embargo, era un momento muy familiar en estos instantes que temía que no aceptaran mi petición, pero tenía que intentarlo, mínimo debería hacer eso.
─Familia... ─susurré nerviosa, secando mis manos y dejando unos cuantos platos sucios─, paso algo.
─¿Qué fue? ─cuestionó al instante mi padre, cruzando sus brazos en su pecho, haciéndome sentir un poco incómoda, pues el que mi papá hablará en vez de mi mamá me aterraba un poco, aun así, tenía que seguir con mi permiso.
No sabía que decir, ni como mentir, y por lo mismo solté una excusa muy torpe.
─Aun no acabo mis compras navideñas.
Así es, esa fue mi excusa. La típica excusa navideña y mi familia al instante hizo notar su desconfianza a mis palabras, pero trataron de ser gentiles y no llamarme mentirosa.
─¿Pero cómo? Eso lo hacemos antes del Black Friday, antes de que todos se pongan como locos ─soltó mi madre muy sorprendida, dejándome sin palabras por un instante, pero de inmediato reaccioné y decidí hablar con un poco de la verdad.
─Sí, pero... hice un amigo en estos días. Él me dio un regalo de navidad, y quiero darle uno también ─solté con tranquilidad, tratando de ser natural, pues de cierta forma, no estaba mintiendo.
─¿Regalo?
─¿Amigo?
─¿Y Jamie?
Esas y unas cuantas preguntas de esa misma índole comenzaron a invadirme, poniéndome los pelos de punta, pero antes de ponerme más tensa, hablé de nuevo.
─Es amigo de Jamie. Es amigable y será un regalo por parte de Jaime y mío, pero yo iré a escogerlo ─solté tranquila, regalándoles una sonrisa a mi familia, y antes de qué volvieran a invadirme de preguntas, volví a hablar: ─Es que Jamie estará ocupado, e iré sola. Ya saben, navidad está casi a la vuelta de la esquina.
Y ante aquel comentario final, mi familia se invadió en un profundo silencio para después de unos segundos, logré que mi padre asintiera, recibiendo de esa manera, mi permiso.
─Está bien. Ve..., pero no tardes ─comentó mi padre con una sonrisa, a lo cual correspondí corriendo a la puerta principal, agarrando mi abrigo que estaba colgado allí para colocármelo con rapidez─. ¿Quieres que te lleve? ─se ofreció entonces, a lo cual negué al instante, pero tratándome de ver natural como siempre.
─Saben que amo caminar ─murmuré─. No se preocupen, volveré pronto para ver al menos una película. Recuerden dejar al final Realmente amor o el Grinch, amo esas películas y las quiero ver.
Y ante aquello, todos se rieron y exclamaron un "¡No prometemos nada!" mientras yo salía corriendo de la casa, encontrándome con nada, pues no estaba Jack cerca, en ningún patio de por aquí. Angustiada seguí caminando por la cuadra, tratando de salir de la vista de mi casa para comenzar a buscar a Jack, pero era imposible, hasta que esté entonces apareció posándose frente a mí, y haciéndome saltar un poco y pegar mi mano en mi pecho, alarmada, mientras él reía ante mi desconcierto.
─¡Estás demente! ─solté impactada, viendo como el espíritu del invierno no paraba de reírse de mí.
─¿A dónde vas? ─cuestionó entonces Jack con una amplia sonrisa, sentándose arriba de su palo.
─Según a compras navideñas ─respondí con una sonrisa.
─Vamos entonces.
─Es un "según".
─Pero debes llevar algo. Y... ─soltó con una sonrisa, viéndome a los ojos─, luego te enseñaré algo estupendo.
─Hecho. Por cierto, antes de todo. ¿Ese palo qué es? ¿Por qué siempre lo tienes contigo? ─cuestioné, atrayendo la carcajada divertida de Frost.
─¿Palo? ¿Aún no llegas a esa parte del libro de Jamie?
─Sólo he leído fragmentos ─comenté apenada, viendo como Jack se paraba en el suelo y miraba su palo con ternura.
─Él es Twiner, mi cayado. Es muy poderoso y tiene mucha magia en él, pero eso no significa que yo no sea nada sin él.
Y con aquellas hermosas palabras, partimos al centro comercial. El recorrido fue fantástico, tranquilo y lleno de juegos, pues recorrer el lugar con un espíritu de la diversión y del invierno en un lugar así, era mágico y aunque la canción de fondo del centro comercial era Carol of the bells, una canción un tanto terrorífica, Jack Frost hacía el ambiente como algo mágico. Alegrándome estás fechas y haciéndome sentir menos sola de lo que me sentía.
En compañía del hombre de la luna, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧
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🄳🄰🅁🄺 🄵🅁🄾🅂🅃 ❄️🄹🄰🄲🄺 🄵🅁🄾🅂🅃.
FanfictionCuando Jamie trata de hacer que su novia crea en los guardianes de la infancia, las relaciones entre los personajes comienzan a deteriorarse, provocando separaciones y conflictos entre ellos, que hacen que un viejo enemigo vuelva a acechar, aprovech...