Los días habían pasado, poco a poco la Navidad se acercaba y cada vez Jamie y yo éramos unos niños que jugaban con las bolas de nieve, y en general, con la nieve; pues Jack nos traía esa felicidad. Éramos prácticamente como un trío, el mejor trío del mundo.
Todo era una fantasía, y nos la pasábamos muy bien, era algo increíble y mágico. Pues ambos hacían mi vida más maravillosa con sus personalidades tan parecidas, pero a la vez tan únicas. Pero hoy, al ser 23, poco a poco se acercaban las fechas buenas, y eso significaba: salida con mi novio Jamie, a solas como siempre.
Ambos creíamos que las fechas como 24 y 25 de diciembre deben de ser en familia. Y él y yo éramos novios, más no esposos, por eso preferimos pasar un día antes juntos, darnos nuestros regalos y ser felices juntos, sin embargo, ahora Jack estaba en nuestras vidas, y como si Jamie le hubiera advertido, ese día mi gélido amigo no apareció.
A pesar que todos los días estábamos juntos los tres, y en la noche, Jack me visitaba en mi casa. Ahora, había amanecido sin su escarcha y estaba en la tarde sola con mi novio. Paseando por la ciudad, recorriendo el gran parque, para después ir al cine viendo una película animada con temática navideña y después recorrer el Mall viendo las tiendas del lugar.
Todo iba bien, pero extrañamente, poco a poco comenzaba a sentir la falta de Frost, pero contenía mi lengua para preguntar sobre él, pues temía que mi novio lo malpensara, pues poco a poco Jack se estaba convirtiendo más cercano a mí que podría asustar a mi novio. Pero ignorando aquello, mientras fingía no estar con mi mente por otras partes, mi novio me atacó con fotos: tanto mías individuales, como ambos en pareja. Todo iba excelente y romántico, hasta que los subimos al carro ─que Jamie tuvo prestado de su mamá por el frío de la ciudad─, y en ese momento, los nervios me invadieron pues era el momento adecuado de darle su regalo, algo que me daba mucha pena, pero tenía que hacer, y con vergüenza, lo saqué de mi mochila y se lo entregué.
─Feliz navidad, amor.
Jamie me miró con ternura y tomó la bolsa de regalo en sus manos con una sonrisa, dispuesto a abrirlo, pero lo detuve al instante, avergonzada.
─¡No! ─pedí con las mejillas rosadas─. No frente a mí. Sabes que me da vergüenza.
Y él rio con ternura y sacó del asiento trasero un regalo; una pequeña cajita.
─Feliz navidad a ti ─murmuró con dulzura─. Ábrelo.
Sonreí, tirándome sobre él dándole un beso, que poco a poco se convirtió en algo más. Era muy profundo y sugerente, poco a poco sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo y un calor me domino, como un movimiento involuntario, casi me subía arriba de él, pero ahora, era más consciente que no estábamos solos. Y como en otras ocasiones que Jamie decidía no hacer nada en época de frío, ahora yo me detuve, siendo consciente que Jack Frost podría aparecer en cualquier momento y sería algo bochornoso que nos mirara de esta manera.
─Nos pueden ver ─susurré alejándome de él, que rio por mi comentario, ya que nadie estaba cerca. Todos tenían frío para salir, sólo podía vernos alguien, y ese era el espíritu del invierno. Así que, tomando distancia, abrí mi regalo encontrándome con una caja de chocolates y un breve poema que decía así:
¿Qué puedo decir que no hayas escuchado? Mi idiosincrasia es estar siempre a oscuras.
Ergo, me siento melancólico al no poder endulzar tu corazón. No consigo salir de esta locura.
Objeto de belleza pura he encontrado. Solamente deseo halles razón cuando hago mención que estoy enamorado, de un ser tan agraciado.
Un pequeño poema que me hizo suspirar y me hizo endulzarme en sus labios una vez más con locura. La intensidad de nuestras acciones cada vez tomaba más fuerza, la desesperación era latente ante tanto tiempo de estar separados, pero una vez más, la voz de la razón apareció entre nosotros y tomamos distancia a nuestras caricias y sonreímos, avergonzados.
─Gracias ─dije, rompiendo de la incomodidad con una pequeña sonrisa─. Te amo.
─Eso no es todo ─dijo él, ignorando mi "te amo", pero no me importo, pues sus palabras me habían tomado por sorpresa y lo miré con una ceja levantada─. Hay más.
Hay más...
Lo miré a los ojos, comprendiendo a lo que se refería y verifiqué entre mi regalo encontrándome con un dibujo enmarcado: era nuestra primera foto en un dibujo hecho por él. Definitivamente Jamie se había lucido con todo y eso me hacía sentir apenada por lo que yo le había dado, aunque, sabía que, sin importar lo que era, él lo amaría. Y sonreí alegre, con tanta emoción en mí, que una vez más me lancé a él dispuesta a comerlo a besos, sin importarme nada. Hasta que, él me pidió que me alejara y lo hice viendo el brillo de sus ojos con cariño.
─Mi regalo no es nada a lado del tuyo ─confesé para acabar con este momento caliente, pero él sólo acarició mi mejilla, provocando un escalofrío en mi cuerpo.
─No digas eso ─dijo acariciando ahora mi labio inferior─. El tuyo ha de ser muy bonito.
─Lo dices porque soy tu novia ─reclamé con una sutil risa, apegándome a él cada vez más, dispuesta de nuevo a caer.
─Lo digo porque es cierto...
Y nos vimos directamente a los ojos, por un buen momento. Con los ojos brillosos de deseo y de amor, hasta que, de nuevo, antes de ser imprudentes, Jamie rompió la conexión.
─Y eso no es todo.
Confundida. Me separé de él sin entender porque hay tantas sorpresas.
─¿Cómo que no es todo? ─pregunté arrugado la nariz con una mueca en los labios.
─Jack te tiene una sorpresa...
Jack.
Jack había preparado algo para mí. Algo más que lo del otro día.
Mi corazón se aceleró y mi sonrisa aumentó, haciendo notar al instante mi emoción.
─¿Sorpresa? ¿Para mí? ─cuestioné, alegrando a mi novio.
─Sí ─aclaró─. A Jack le agradas.
Le agradó a Jack. Rechiné mis dientes y solté un rugido sonriendo con la boca cerrada. Mientras me ponía el cinturón y Jamie comenzaba a manejar por un instante, mientras yo no paraba de pensar, hasta que nos detuvimos frente al bosque, a lo cual no le entendí y me sentí extrañada.
─¿Y Jack?
─Espera ─pidió, bajándose del auto y abriéndome la puerta, ayudándome a bajar mientras me tomaba la mano y me llevaba al bosque.
Debía admitir que era extraño el caminar varios pasos hacia el bosque, hasta que nos detuvimos en un claro lleno de hielo. Como si antes aquí hubiera un lago, Jack estaba parado ahí alegre, prometiendo una noche llena de magia. Y lo cumplió. Que inclusive, nos tomamos una foto juntos, en esa casi navidad.
En compañía del hombre de la luna, Mad-ClepGirl (Dianessa)🐧
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🄳🄰🅁🄺 🄵🅁🄾🅂🅃 ❄️🄹🄰🄲🄺 🄵🅁🄾🅂🅃.
FanfictionCuando Jamie trata de hacer que su novia crea en los guardianes de la infancia, las relaciones entre los personajes comienzan a deteriorarse, provocando separaciones y conflictos entre ellos, que hacen que un viejo enemigo vuelva a acechar, aprovech...