La vida en la ciudad era complicada, más para dos jóvenes que ahora comenzaban a darse cuenta lo difícil que podría ser vivir solo con tu pareja. Xie Lian tenía una cafetería, y esta ya era algo reconocía gracias a Hua Cheng. Hua Cheng por su lado, tenía una banda de rock que ya estaba siendo reconocida a nivel nacional e internacional.
Xie Lian adoraba tener una cafetería, aunque su comida no era tan buena, ¡sus postres eran decentes! Hua Cheng era una súper estrella con fama mundial. El dinero no era un problema para ellos realmente, pero, debían ocupar su mente en algo, y en el mundo humano era difícil canjear lingotes de oro sin parecer que los has robado.
Sus vidas eran tranquilas y cómodas. O al menos así lo fueron por un largo tiempo.
El agudo llanto de un bebé invadió la paz que tenía la noche, levantando en el proceso a Xie Lian, mientras que Hua Cheng solo seguía acostado fingiendo dormir.
— San Lang, es tu turno de ir. —claro, había dicho eso aún estando de pie. — ¡Sé que no estás dormido! —se acercó al lado de la cama de este, y comenzó a sacudirlo en un intento de sacarle de la cama sin mucho éxito.
— Yo ya fui hace unas horas, pero Gege no se levantó. —Xie Lian iba a replicar, pero el llanto del bebé se hizo mucho más alto, estaba suponiendo que debía estar hambriento. Suspiró rendido, dirigiéndose a la habitación designada al infante.
El infante de ojos azules sollozaba hambriento, claro, era un niño con gran apetito, y aunque no era alguien con mucha energía, parecía gastar toda la que no expresaba, en la noche, si es que eso era posible.
Xie Lian abrió la puerta, haciendo un sonido de "sh sh" con sus dientes, mientras acercaba sus manos al bebé que se sacudía en la cuna con velocidad, a veces los niños daban miedo.
— Sh sh sh, te daré de comer, tranquilo. — Xie Lian encendió la luz en la habitación, buscando en ella un biberón y la fórmula para bebé. Muchas cosas las tenían en la habitación para no complicarse mucho en las madrugadas, solamente tendría que ir a la cocina para buscar hervir agua.
Cargó en sus brazos al infante, mientras que caminaba a la cocina con este, el biberón, y la lata con leche en polvo, era un poco complicado hacer eso. Él estaba seguro de que no pasaría nada, pero no había que olvidar que se trataba de él, una persona con demasiada mala suerte. Claramente en un abrir y cerrar de ojos sintió que el suelo ya no le sostenía, pues con algún juguete había resbalado. Se aferró al bebé con la mano que ya lo sostenía, esperando el golpe contra su espalda, pero nunca llegó.
— Gege debería ser más cuidadoso. — Hua Cheng sostuvo al más bajo con ambos brazos, y si bien se notaba serio, habían dotes de preocupación en su voz. No quería que ni Xie Lian ni el infante se hicieran daño.
Xie Lian comentó: — Solo fue un pequeño percance, gracias a dios te encontrabas cerca. — dicho esto, depositó un pequeño beso en los labios del pelinegro ya después de haberse reincorporado.
Aunque el plan de Hua Cheng era depositar más besos en el rostro del más bajo, pronto se topó con un pequeño oji-azul jalándole sus dos mechones de cabello que colgaban detrás de sus orejas.
— ¡Baba! ¡Baba!
Xie Lian comenzó a reír, habían olvidado porque estaban despiertos en medio de la noche, Hua lán seguía hambriento y ellos dos se estaban besandolo, haciéndolo observar sin más. Ahora que ya todo estaba bien, siguieron su camino a la cocina. Todos juntos.
Xie Lian metió el biberón en una olla con agua hirviendo, dejándole flotar en lo que se calentaba la fórmula. Xie Lian acomodó al bebé en sus brazos, dejándole estirar sus brazos a todo lo que viese, era mejor eso a que siguiera llorando.
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Futuro Próspero [Hualian] ⚠ BAJO REMODELACIÓN ⚠
Fanfiction- "Mi madre volverá, no es así?" Un pequeño niño había aparecido frente las puertas del majestuoso Templo Puji, estaba sucio, con ropas rotas y una venda cubriendo su frente enredándose en sus asperos y sucios cabellos. Ahora, ¿quién cuidaría de ese...